La frontera hispano-francesa por la provincia de Gerona puede burlarse por 61 pasos clandestinos
Hasta 61 pasos clandestinos pueden contabilizarse en los casi 200 kilómetros de frontera entre España y Francia que discurren por la provincia de Gerona. "Es como un inmenso colador sobre el que apenas se ejerce ningún control", han señalado personas conocedoras de la zona. Las sendas por las que muchos ganaron el exilio finalizada la contienda civil española y que canalizaron el estraperlo en los años de posguerra, son utilizadas hoy por contrabandistas de poca monta, traficantes de trabajadores africanos y algún cazador furtivo.Un estudio-informe sobre la situación de la zona fronteriza, orografía, medios y personal, realizado en los últimos meses, revela que existen 61 pasos "fácilmente practicables con cualquier vehículo" en la mayoría de los casos. El único requisito indispensable para utilizarlos es conocer bien la zona, ya que una simple cadena o una pequeña zanja son los únicos obstáculos que impiden el paso al viajero clandestino. La vigilancia es escasa, ya que el número de efectivos de que dispone la Guardia Civil en la zona es escaso, hasta el punto de que los autores del documento consideran que debería "cuadruplicarse la fuerza".
Paso de mano de obra
A pesar de estas aparentes facilidades, la utilización de los pasos clandestinos para cometer hechos delictivos es prácticamente nula. Los modernos medios de transporte y comunicación y las poderosas organizaciones con que cuentan las bandas de delincuentes internacionales y mafiosos, hacen que el contrabando en gran escala se realice a través de "otros canales mucho más rápidos y más seguros".
En lo que va de año se han descubierto tres o cuatro grupos de marroquíes que intentaban cruzar la frontera con la pretensión de buscar trabajo en algún país europeo. "En muy pocos casos consiguen su objetivo", señalan las fuentes informantes. El fracaso se debe a que los guías, conocedores de la dureza de las leyes francesas, no quieren exponerse a ser detenidos y les abandonan antes de llegar, bien indicándoles el camino o bien diciéndoles que ya están en Francia.
Se han descubierto, asimismo, operaciones de contrabando a muy pequeña escala. En algunos establecimientos radicados en localidades próximas a la frontera no es difícil adquirir aparatos electrodomésticos, de vídeo y equipos de música introducidos ilegamente en España. Este mercado, que hace algún tiempo tenía "cierta en tidad", se encuentra hoy en franca regresión, ya que "la diferencia de precio entre este material y el que se vende legalmente en España ha disminuido considerablemente", y también "porque la gente prefiere comprar con garantía aún a costa de pagar algo más", se dice en el documento.
Asimismo, se tiene noticia del tráfico clandestino de ciertas especialidades comestibles muy reputadas en Francia, "pero en tan pequeña escala", se afirma, "que su importación legal apenas incrementaría el precio final del género". Ha disminuido también considerablemente el tráfico de piezas de recambio para automóviles y motocicletas de importación.
Las fuentes consultadas atribuyen el progresivo abandono de los pasos clandestinos para la práctica del contrabando al hecho de que "el esfuerzo y el riesgo que supone utilizarlos es muy elevado en relación con el beneficio que se puede obtener".
Los escasos medios de que dispone la Administración española para controlar la frontera no implican que el tránsito por los 61 pasos clandestinos identificados esté fuera de todo control. Las autoridades consultadas mantienen que cualquier movimiento ex traordinario "es detectado rápida mente". Esto se consigue gracias "al perfecto conocimiento de la zona de los agentes encargados de su vigilancia", que "suplen de esta forma la falta de medios". No obstante, "el incremento de los efectivos humanos y medios materiales es imprescindible", concluye el informe.
Este incremento debería consistir en cuadruplicar la fuerza, dotándola de material más moderno y de los medios de control y de señales adecuados. Entre los elementos que se solicitan figuran dos helicópteros que padrían tener además otras funciones: labores de salvamento y ayuda en casos de accidentes u otras emergencias.
Según las previsiones iniciales, uno de estos helicópteros debería tener su base en la zona fronteriza más próxima al litoral y podría ser utilizado también para el control de la costa.
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