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RELIGIÓN

Juan Pablo II restablece las diócesis de Albarracín y Tudela

El papa Juan Pablo II ha restablecido en la práctica las diócesis españolas de Albarracín, en Aragón, y Tudela, en Navarra, si bien "unidas en plan de igualdad" a la diócesis de Teruel y la archidiócesis de Pamplona, respectivamente.La decisión fue anunciada ayer, lunes, por la Santa Sede, junto con los nombramientos de Damián Iguacén Borau, obispo de Teruel, como obispo de Albarracín, y de José María Cirarda Lachiondo, arzobispo de Pamplona, como obispo de Tudela.

Hasta ahora, Damián Iguacén Borau era administrador apostólico de Albarracín, y el arzobispo de Pamplona era igualmente administrador apostólico de Tudela. Ello se debe a que, mediante el Concordato de 1851, en tiempos de Pío IX y de la reina Isabel II, se había acordado la supresión de las diócesis de Albarracín y Tudela, pero esa supresión se llevó a cabo sólo parcialmente.

La diócesis de Albarracín, fundada en 1172, ya había sido unida a la de Segorbe el 18 de marzo de 1258, para volver a ser independiente el 21 de julio de 1577, hasta que el 7 de septiembre de 1851 la Santa Sede decidió confiar su administración al obispo de Teruel, por lo que se realizó progresivamente la absorción de la diócesis de Albarracín por la de Teruel.

Asimismo, la diócesis de Tudela, más reciente (creada el 23 de marzo de 1783), tras varios años de problemas locales e intentos de concordia, fue confiada por la Santa Sede en administración al obispo de Tarazona el 17 de julio de 1889.

El 2 de septiembre de 1955, en el marco de una adecuación de las jurisdicciones diocesanas a los limites de las provincias civiles de Aragón, Cataluña y Navarra, la administración de Tudela fue atribuida por la sagrada congregación consistorial, en nombre de Pío XII, a la sede de Pamplona, entonces episcopal (y metropolitana desde el 11 de agosto de 1956).

Hasta ahora había un provicario general de la diócesis de Tudela, el canónigo Jesús Chueca Falces, nombrado por el arzobispo de Pamplona, pero que Albarracín carecía de vicario general o provicario desde hace bastante tiempo.

La nueva situación, por la que la Santa Sede ha puesto fin al estatuto canónico de administración, que es por definición provisorio, significa que las diócesis de Albarracín y Tudela, si bien unidas a las sedes de Teruel y Pamplona en las personas de sus respectivos obispos, recobran su autonomía.Cada una de ellas tendrá ahora, además de su cabilde, catedralicio, su propia curia episcopal, su propio vicario general, su clero diocesano, sin que ello impida una estrecha Colaboración pastoral con la diócesis de Teruel, y la archidiócesis de Pamplona, respectivamente.

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