La moda intangible

A los curtidos, esas pieles que aún no han pasado por la confección, se les augura una entrada brillante en el ruedo comunitario. A las manufacturas, sin embargo, a la prenda ya confeccionada, se les pueden presentar problemas de competitividad en el Mercado Común,A pesar de los esfuerzos hechos por Piel España para dar un empujón definitivo a la creatividad hecha piel, el sector tendrá que aguzar su imaginación para poder competir con los confeccionistas italianos. Italia es el mejor cliente español en cuanto a compra de curtidos.. Sin embargo, una vez dentro de la CEE, España deberá competir con los reyes de la confección aportando piezas acabadas de alto nivel.

La Administración ha emprendido, dentro de la reconversión del textil, un plan de intangibles (creación, moda, diseño...), que es la gran esperanza de los industriales españoles del área. La piel no tiene un plan específico para crear moda y cuenta sólo con la buena voluntad de unos pocos. Los empresarios del textil afirman que si el plan de intangibles no ha sido finalizado y puesto en marcha cuando España entre en la CEE, el sector de la confección tendrá grandes dificultades. Lo mismo, pero sin plan de intangibles que poder acogerse, podría suceder con la manufactura de piel.

A pesar de conjeturas pesimistas, los subsectores del calzado, de las manufacturas de piel y cuero, y de la peletería fina exportan más que nunca. El sector español de peletería fina y piel con lana ha sido la estrella invitada por el mercado exterior. Europa y América se han lanzado sobre la creación española y el incremento de las exportaciones ha supuesto un 90,72%.

El calzado también ha mejorado su mercado exterior, registrándose un aumento del 74,60%. La industria del calzado español -situada en su mayor parte en la Comunidad Valenciana- representa un caso aparte dentro de la industria de la piel en general. Si los curtidos presentan una estructura atomizada, el calzado les gana en pequeñas empresas y talleres, muchos de los cuales sobreviven gracias a la economía sumergida. La sencillez tecnológica de la industria del calzado favorece, según el catedrático de Geografía Económica José Bernabé Maestre el trabajo no declarado en pequeños talleres familiares. "En 1983, un 30% del total del trabajo realizado en Alicante no fue registrado, englobándose dentro de la economía sumergida del sector", señala Bemabé.