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Miguel Baez 'Litri'

El torero reapareció en Huelva para reinaugurar la plaza de La Merced, pero la tentación del retiro definitivo es más fuerte

Diecisiete años después de haberse retirado de los ruedos, Miguel Báez Litri volvió a su Huelva natal vestido de luces, el 29 de julio, para reinaugurar la plaza de La Merced, levantada de sus ruinas por un audaz empresario que ha invertido 300 millones de pesetas. Es la misma plaza que inauguró su padre en 1902, y la que vio tardes de torería de su hermano Manuel, hasta que un toro le segó la vida en Málaga. Para redondear la fiesta, ha dado la alternativa al hermano de su entrañable amigo, Chamaco II, el 3 de agosto, y se ha embolsado ocho millones de pesetas.

Litri se concentró en su finca de Escacena del Campo, Peñalosa, colindante con la que posee Diego Puerta, quien le dejó dos de la treintena de toros que ha matado para entrenarse. Sometido a una dura dieta alimenticia, a base de fruta, los meses de preparación fueron para el torero unos ejercicios espirituales dedicados a su reencuentro con la plaza de La Merced, aunque no abandonó la administración personal de su ganadería ni de esos campos que le producen toneladas de trigo y algodón. Precisamente su finca fue ocupada, hace meses, por un grupo de jornaleros a los que inecrepó la acción, aunque después de enterarse de que sólo querían salir en la televisión, se apuntó a la ocupación y acompañó a la comitiva."Reaparecí en Huelva, pero le prometí a mi mujer que me retiraría en cuento. torease las dos corridas, para volver a comer decentemente". Su pena fue no poder abrir La Merced con una faena de Miguel, su hijo -un fenómeno, según los entendidos-, pero su corta edad, 15 años, se lo impidió. "Hubiera sido la alegría de mi vida, porque mi padre abrió la plaza en 1902 y mi hijo la hubiera reabierto".

Litri fue durante años empresario de la Monumental de Huelva, inaugurada por él mismo en 1968 y hoy cerrada por prescripción de los técnicos por amenaza de ruina. Durante meses luchó porque la arreglasen, pero la aparición de un empresario, José Luis Pereda, dispuesto a reconstruir la tradicional de La Merced le hizo cambiar de idea y ofrecerse para la apertura. Tras haber corrido 10 kilómetros diarios y perdido kilos, "he demostrado que a los 53 años puedo reabrir la plaza como se inerece". En medio de un apoteósico recibimiento y junto a Pepe Luis Vázquez y Curro Romero, Litri cortó dos orejas en una gran tarde de toros.

Desde que su padre, Miguel Báez Quintero, abandonara su trabajo en una fábrica de harina y se convirtiera en figura del toreo, la saga de los Litri ha mantenido a Huelva ocupada porque éste se casó con la novia de su hijo Manuel después de que un toro le segó la vida de una cornada en Málaga. De ese matrimonio vino el actual Litri, que creó dos corrientes de opinión bien diferenciadas: los que creían que era mejor que su hermano y aquellos que pensaban que jamás lograría igualarle. Finalmente, el pequeño Miguel. "Yo quiero que estudie y salga adelante en la vida, pero se ha empeñado en torear y el gusanillo no se lo quita nadie".

Tras las dos corridas, la segunda para dar la alternativa a Chamaco II, y después de años sin disfrutar de tarde de toros como protagonista, Litri define su situación claramente: "Ahora, después de haberme entregado, ya me pueden regalar La Habana entera, que no vuelvo a torear".

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