La oposición francesa reafirma en el Senado su negativa a la reforma constitucional
El Senado francés, dominado por la oposición neogaullista y liberal, reafirmó ayer su hostilidad total al proyecto de revisión constitucional lanzado el mes pasado por el presidente François Mitterrand.Después de 48 horas de debates, especialmente virulentos en un recinto acostumbrado a asuntos menos bulliciosos, los senadores tuvieron que afrontar anoche la cuestión previa, procedimiento que permite rechazar en bloque el proyecto gubernamental sin tener que discutir enmienda por enmienda.
El casi seguro no de la Cámara alta pondría fin al proyecto de reforma constitucional que hubiera permitido extender la utilización del referéndum a problemas relacionados con las libertades públicas. En la actualidad, la Constitución restringe esta posibilidad a "la organización de los poderes públicos" y a la ratificación de los tratados internacionales. Para ser sometido a los franceses, el referéndum sobre el referéndum tendría que haber recibido previamente la aprobación de las dos cámaras del Parlamento.
En nombre del Gobierno, el ministro de Justicia, Robert Badinter, insistió el martes en las "contradicciones" de la oposición, que "rechaza una iniciativa que antes solicitaba". Badinter subrayó igualmente que una consulta directa a los franceses sobre el proyecto de reforma de la enseñanza privada -posteriormente retirado por el Gobierno- era jurídicamente imposible y que, por tanto, se debía organizar un referéndum previo para revisar la Constitución.
Por su parte los liberales-centristas y los neogaullistas se unieron en la arena políticas para denunciar las "maniobras" del Gobierno. El antiguo ministro del general De Gaulle Maurice Schumann se inquietó por el peligro de "desviación plebiscitaria", mientras que Charles Pasqua, el jefe del grupo parlamentario del RPR (neogaullista) en el Senado, fustigaba el referéndum como "una medida con la que el presidente de la República pretende reafirmar su gestión"
Los comunistas, por su parte, fuera ya del Gobierno, anunciaron que no votarían la cuestión previa con la oposición. No obstante, cada vez marcan más la distancia con un referéndum que no desean: "Los franceses tienen otras preocupaciones", titulaba ayer en primera el diario del Partido Comunista francés L'Humanité, que subrayaba los problemas económicos que esperan a los franceses al regreso de las vacaciones.
El proyecto de reforma constitucional pasará a la Asamblea Nacional dentro de dos semanas, y el ir y venir entre las dos cámaras puede, teóricamente, continuar indefinidamente. Los senadores de la oposición ya han anunciado que su no era definitivo, sean cuales sean las enmiendas que aporte la Asamblea, en la que los socialistas tienen la mayoría. Mayoría y oposición medirán ahora sus fuerzas ante la opinión pública.
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