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Todos los delitos relacionados con la rebelión en tiempo de paz quedarán fuera del nuevo Código Penal de los Ejércitos

Carlos Yárnoz

Los delitos relacionados con la rebelión militar en tiempo de paz -la conspiración, la provocación y la proposición para rebelarse, además de la propia rebelión-, que ahora figuran en el Código de Justicia Militar, no estarán incluidos en el nuevo Código Penal Militar, cuyo proyecto de ley será estudiado mañana por el Consejo de Ministros. La reforma del actual código, elaborado en 1945, será completada posteriormente con nuevas leyes sobre organización de los tribunales, sistemas procesales y régimen disciplinario de las Fuerzas Armadas.El nuevo Código Penal incluirá solamente delitos considerados estrictamente militares y, por este motivo, los delitos de rebelión cometidos en tiempos de paz, aunque sus autores sean militares, serán incluidos en el futuro Código Penal Civil, una vez que el actual sea reformado. No obstante, hasta que se produzca esta reforma, y para evitar un vacío legal, el Consejo de Ministros también tiene previsto enviar a las Cortes -no se descarta que también pueda hacerlo mañana- otro proyecto para una denominada ley puente, en la que se incluirán los delitos de rebelión en tiempo de paz hasta que se reforme el Código Penal ordinario.

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En esta futura ley puente, las penas fijadas para los autores del delito de rebelión, sean militares o no, serán las que fija el actual Código Penal Ordinario, es decir, de 20 a 30 años de reclusión para los promotores de la rebelión; de 10 a 20 para los participantes que tengan mando sobre tropas; y de 6 a 12 años de prisión para los demás implicados.

El nuevo Código Penal Militar sí incluirá los delitos de rebelión cometidos en tiempos de guerra. En este caso, los jefes o promotores de la rebelión serán castigados con penas comprendidas entre los 15 y 25 años de reclusión; la misma pena está prevista para los rebeldes que tengan mando sobre compañía o unidad similar; y los simples participantes en la rebelión serán castigados con penas entre 10 y 20 años.

En cualquier caso, todos los militares que sean condenados por algún tipo de delito relacionado con el de rebelión sufrirán la pena accesoria de la pérdida de empleo, es decir, la expulsión de las Fuerzas Armadas, con independencia de los años de reclusión o prisión con que le hayan castigado los tribunales.

Los delitos de traición y sedición también tendrán esta pena accesoria. En principio, los delitos de conspiración, proposición o provocación para la rebelión serán castigados con penas inferiores en un grado a las fijadas para el propio delito de rebelión.

Menos juicios a civiles

Con el nuevo código castrense quedan reducidos a cuatro los delitos que, aun siendo cometidos por personas civiles, serán juzgados por la justicia militar: el allanamiento de establecimientos militares, el maltrato o desobediencia a centinela, las injurias a los ejércitos ante mandos en presencia de tropa y la proposición o conspiración para cometer delitos estrictamente militares, como la sedición.Los delitos incluidos en el Código Penal Militar estarán divididos en tres grandes grupos. En el primero figuran los estrictamente militares cometidos por militares -como la traición-, los cometidos contra las leyes y usos de la guerra, y los cometidos contra la disciplina militar. En el segundo grupo se incluyen los delitos contra la seguridad y la defensa nacional. En el tercero, figuran los delitos cometidos por civiles en tiempos de guerra, como la traición por espionaje y el sabotaje.

El proyecto del nuevo código no incluye como eximentes ni la obediencia ciega en actos contrarios a las leyes, delictivos o inconstitucionales, ni el miedo insuperable. Como innovación, el código castigará con penas entre tres meses y cinco años de prisión el "trato degradante a inferior".

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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