Ed Best,
ex agente especial del FBI, se llevó, el pasado jueves, el primer susto. Encargado de la seguridad de los atletas, recibió la primera amenaza de bomba en la villa olímpica de UCLA, donde residen 4.500 deportistas de 62 países. Después de desalojar las instalaciones y rastrear los edificios durante media hora, tan sólo descubrieron una sospechosa maleta negra. La abrieron con sumo cuidado y estaba, simplemente, llena de papel higiénico.
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