Jaula para periodistas
En una hipotética lista de atracciones informativas preolímpicas, el tema de las medidas de seguridad ha sido con gran diferencia la estrella principal. Después ha habido otras estrellas invitadas a este Hollywood abandonado ahora por el cine, pero el síndrome policial y antiterrorista ha machacado a todos hasta el punto de llegar a aburrir y a dar que pensar, por ejemplo, si no se repetía interesadamente para ocultar otras deficiencias. El Comité Organizador de los Juegos lo ha explotado magníficamente.El temor a cualquier atentado, tras lo sucedido en Munich-72, con la acción de un comando palestino a la delegación judia, y que provocó 11 muertos, es indiscutible que esta justificado, por molestos que sean un buen número de controles. Pero lo que resulta intolerable, incluso para quien no sea colega, es entrar de invitado (precisamente para evitarlo) en la Villa Olímpica de la Universidad del Sur de California, USC, para visitar a la delegación española, y contemplar a los "peligrosos" periodistas que no tienen invitación (al haberse terminado un cupo limitado diario, por ejemplo), esperar la llegada de los atletas o entrenadores entre rejas, a pleno sol y con unos carteles colgados que les acaban por dar la perfecta imagen de reclusos. Es lógico el control e incluso para evitar molestias a los participantes. Pero hay medidas más discretas siempre. Eso si, hoy por la tarde habrá una nueva conferencia de prensa sobre la seguridad.
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