Lech Walesa considera correcta la amnistía, pero advierte sobre nuevos riesgos
"Si no sale en libertad Bogdan Lis, no se puede decir que haya habido una amnistía", manifestó ayer en Gdansk Lech Walesa, el líder de los suprimidos sindicatos Solidaridad, cuando le fue comunicada la decisión del Parlamento polaco. Walesa, que no conocía aún los detalles de la ley, señaló que ésta es "un paso en la dirección correcta", si además va acompañado por el pluralismo de las organizaciones sociales y la posibilidad de que las personas que salgan de la cárcel puedan sumarse con sus ideas a la vida social y contribuir así al entendimiento nacional. "Si no se toma esta segunda medida", dijo Walesa, "dentro de un mes habrá en las cárceles más gente que cuando se proclamó la amnistía".
Por su parte, Ludwika Wucej, esposa del encarcelado dirigente del KOR Henryl Wucej, no podía ayer ocultar su alegría, pese a encontrarse en cama aquejada de un fuerte resfriado. Ludwika, de 42 años, y ella misma internada durante tres meses después de promulgarse la ley marcial, había visitado el día anterior a su esposo en la cárcel de Rakowiecka, y afirmó que éste no quería hacerse demasiadas ilusiones sobre su salida.
En círculos próximos al episcopado polaco, la alegría es también obvia. La Iglesia, nos dicen, presentó el pasado viernes sus observaciones al proyecto de amnistía, en el sentido de que ésta se hiciera extensiva a toda la gente que pudiera considerarse implicada en actividades políticas. La ley de amnistía, señalaron, es un paso importante hacia la pacificación y para el inicio de un auténtico diálogo social.
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