La adelfa
El arbusto más florido del Mediterráneo
Sí hay un arbusto mediterráneo por excelencia es la adelfa: al paisaje costero de pinos, algarrobos, retamas y mirtos se le une este arbusto cuyo origen botánico es más amplio que la cuenca mediterránea, ya que está muy extendido por Oriente Próximo y llega hasta India y Japón. Sin embargo, en nuestro país es un arbusto muy conocido y bien considerado, como si fuera nuestro. Hay dos razones para ello, ya que se comporta como una planta de climas templados, resistiendo fríos ocasionales y floreciendo con generosidad durante el verano.La adelfa (nérium oleander) se adapta bien a cualquier tipo de suelo y soporta muy bien las sequías ambientales, por eso se la ve lozana y fresca en los secarrales de la meseta central y de las costas levantinas; lo único que realmente necesita es un cierto grado de humedad en la tierra cercana a las raíces. Sin embargo, en los jardines se obtiene un mayor rendimiento floral con riegos abundantes y suelos algo sueltos, pero ricos en materia orgánica.
Pueden elegirse adelfas de muy distintos colores de flor: blanco, salmón, rosa, púrpura, amarillo. Todos ellos destacan más si se forma un macizo con varios arbustos de la misma variedad: una buena idea es utilizarlos para taludes no muy pronunciados, donde el césped vegeta mal, aunque también puede elegirse la posibilidad de cultivar un pequeño grupo de tres adelfas en un lugar destacado del jardín de manera que formen un foco de atención. No obstante, no se puede esperar que superen los dos o tres metros de altura, según variedades y climas. Tras la floración veraniega conviene recortar un poco los tallos, con el fin de vigorizar la planta. Puede comprarse en cualquier vivero (su precio oscila entre 200 y 500 pesetas), debe plantarse cuando no haga demasiado calor (pese a que se vende con cepellón por ser de hoja perenne) y, si se quiere, puede multiplicarse por esqueje a principios de verano.
PLANTA VENENOSA
Todas las partes de la adelfa, pero en especial las hojas, contienen sustancias afines a la digitalina, un potente tónico cardiaco que sólo debe utilizarse por prescripción médica. Por fortuna, el sabor amargo de las hojas debe disuadir a cualquier comensal que pretenda atracarse con ellas. Si hay niños en casa, de todas formas, es preferible prescindir de las adelfas hasta que se les pase la época de hacer comiditas.
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