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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Réplica a Federica Montseny

En EL PAIS del 11/7/84 apareció una tribuna libre sobre Los problemas de la CNT, firmada por Federica Montseny.En ella describe una pobre, simplista e incompleta versión de los motivos que han llevado a la CNT

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a su actual situación, tan sólo útil, en mi opinión, para aturdir y confundir a quienes ignoren los acaeceres por donde discurrió la actividad de esta organización.

Al aludir a diferentes "escisiones" lo hace consignando fechas desprovistas de contenido, soslayando el porqué de las mismas. Al paso incurre en imprecisiones tales como la de atribuir al compañero Orobón Fernández el liderazgo de las Federaciones Nacionales de Industria, cuando es bien sabido que su labor más destacada por aquellas fechas era la de impulsar la creación de la Alianza Obrera Revolucionaria.

Creo que en España, y más concretamente en Cataluña, todavía quedan compañeros con memoria y capacidad suficientes para puntualizar y precisar las amplias lagunas informativas que deja Federica. A ellos, pues, corresponde la misión y el hacer las rectificaciones pertinentes.

Pero no quiero pasar por alto algo que desborda mi capacidad de asombro. Ese algo es el inconcebible, y no sé si deliberado silencio, alrededor del período de 1936-1939. Es inadmisible, aún dentro de la más estricta síntesis, pasar por alto el trozo más importante y dramático de la historia obrera -y aun de España- que ella misma, en conferencia pronunciada el día 3 de enero de 1937, en el cine Coliseum de Barcelona, resumió así: "Es el primero y único pueblo del mundo que ante el fascismo se revuelve airado y se lanza a una revolución genuinamente española".

Acaso, piense ella, que la omisión sea la mejor manera de eludir las responsabilidades de orden personal y colectivas que puedan corresponderle de tan conflictivo período, en virtud de resoluciones y actitudes que hubieron de adoptarse ante la excepcionalidad de los acontecimientos que, obligadamente, hubimos de asumir. Acontecimientos de los que ahora se muestra arrepentida, atribuyéndoles carácter meramente episódico, circunstancial.

Cuando desde todas las partes y desde los más opuestos pareceres, siguen tensas las interpretaciones de aquellos años, Federica se los salta limpiamente, dejando atrás los problemas y sus decisiones y de un plumazo los barre de la historía de España. Soy de los que creo que los problemas de la CNT tienen sus raíces en ese periodo; en la nueva y obligada configuración de las responsabilidades que hubimos de asumir.

Responsabilidades, convivencias y situaciones que llevaron a la propia Federica, en la conferencia antes aludida, a tener que dirigirse a los camaradas anarquistas del exterior doliéndose de sus ataques e incomprensiones, en los términos siguientes: "Un ideal inmóvil, un ideal que se estanca, que no sabe reaccionar él y sus hombres representativos, ese ideal está destinado también a ser separado, a ser arrinconado, a ser sustituido por otros ideales".

Para terminar. Me parece absurda la pretensión de detentar en exclusiva las siglas confederales. Y no creo que sea camino adecuado para la conciliación el de someterse a las horcas caudinas de "su" CNT. Y mucho menos, desde luego, el de la violencia selvática, fascista, que atenta contra el derecho natural del hombre a disponer libremente de su destino.-

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