El apoyo simbólico de Hart y Jackson fortalece la candidatura de Mondale a la presidencia de EE UU
Walter Mondale, Gary Hart y Jesse Jackson, adversarios durante la lucha para el nombramiento de candidato presidencial demócrata, estrecharon ayer sus manos como símbolo de la unidad que los demócratas necesitan para recuperar la Casa Blanca en las elecciones presidenciales del 6 de noviembre. La foto de familia entre Mondale, Hart y Jackson garantiza que será el ex vicepresidente Walter Mondale el candidato elegido por la convención de San Francisco.
La reconciliación entre los demócratas llegó al término de una entrevista celebrada al final de la primera jornada de la convención nacional demócrata, que abrió sus sesiones el pasado lunes en San Francisco. "Trabajaremos juntos, y si lo hacemos no podemos fracasar para ganar la presidencia", dijo Mondale, en compañía del senador de Colorado, Gary Hart, y del líder de la minoría negra, Jesse Jackson.La convención nacional demócrata comenzó con duras críticas a la Administración republicana del presidente Ronald Reagan. Críticas que se extendieron desde la sala de convenciones del Moscone Center, donde Mario Cuorno pronunció el discurso oficial de apertura, hasta la calle, donde Jesse Jackson habló ante una manifestación que reunía a unas 20.000 personas, organizadoras de una contraconvención popular.
Mientras Mario Cuorno, el influyente gobernador del Estado de Nueva York, denunciaba la política económica y las relaciones exteriores de Reagan, ante los 10.000 asistentes congregados, el líder de la minoría negra Jesse Jackson estimulaba ante la explanada del centro de convenciones a los miles de manifestantes que denunciaban, con eslóganes y pancartas, la intervención militar de la Administración Reagan en Centroamérica o el incremento del presupuesto militar de EE UU en deterioro de las políticas sociales.
Ironizando sobre la idea de Ronald Reagan de que Estados Unidos; es como una ciudad cuyo resplandor brilla encima de la colina mundial, Mario Cuomo afirmó que esa opinión corresponde tan sólo a la visión que tiene Reagan "desde su pórtico de la Casa Blanca, o desde la cerca de su rancho". Pero, según Cuomo, no equivale a la realidad de una sociedad norteamericana cada vez más dividida entre ricos y pobres desde la llegada al poder del equipo presidencial Reagan-Bush el 20 de enero de 1981.
Discurso populista
Cuomo, con un discurso de corte populista y electoralista, recordó que miles de norteamericanos "duermen en las calles", que muchas familias "no pueden pagar sus préstamos" y que la clase media -norteamericana "ve evaporarse el futuro para sus hijos". Cuomo, de 52 años de edad, de origen italiano, y una de las figuras en ascenso del Partido Demócrata, intentó desmitificar el milagro de la reactivación económica de la Administación Reagan, aclamado por los aplausos del foro de los 5.200 delegados y sustitutos que en la noche de hoy, miércoles, nombrará a Walter Mondale candidato presidencial para los demócratas y confirmará la opción de Mondale de escoger a una mujer, Geraldine Ferraro, como aspirante a la vicepresidencia de Estados Unidos."La inflación ha bajado desde 1980", dijo Cuomo, "pero no debido al milagro de la teoría económica prometida por el presidente, sino debido a la peor recesión sufrida desde 1932, con más de 55.000 casos de bancarrota, dos años de desempleo masivo, un éxodo de 200.000 granjeros y rancheros, un incremento de gente hambrienta, más pobres -mujeres, en especial- y casi 200.000 millones de dólares de déficit anual que hipotecan nuestro futuro".
Mario Cuomo centró su discurso de apertura de la convención en la situación económica, principal factor que movilizará al electorado norteamericano en el futuro duelo por la presidencia de EE UU entre el demócrata Walter Mondale y el republicano Ronald Reagan.
Sobre el capítulo de relaciones exteriores -que pesará menos entre el electorado, excepto en caso de una aventura militar directa de la Administración Reagan en Centroamérica-, Mario Cuomo recordó que Reagan "ha creado el mayor presupuesto de defensa de la historia", originando una escalada hacia el riesgo de una guerra nuclear "con una retórica incendiaria y rechazando discutir la paz con nuestros enemigos". Alegó también que la Administración Reagan financia a Gobiernos latinoamericanos que "asesinan monjas estadounidenses", en claro recordatorio de la situación en El Salvador.
Cuomo recordó que la política de Reagan en Líbano concluyó con la muerte de 279 "jóvenes norteamericanos". Sin olvidar la importancia del voto de origen judío-norte americano, Cuomo consideró que la Administración Reagan no dedica suficiente atención "al verdadero aliado de EE UU en Oriente Próximo, el Estado de Israel".
El electrizante discurso de Mario Cuomo -calificado por algunos conservadores de cuomunista- concluyó con el balance de que, durante los últimos 50 años, fueron los demócratas quienes crearon un porvenir mejor para las futuras generaciones. Aludió a su pasado de hijo de emigrantes y prometió que, el 20 de enero de 1985 -fecha que marcará la continuidad de la actual presidencia Reagan o la alternativa Mondale, en función del resultado electoral de noviembre próximo- habrá un nuevo presidente de Estados Unidos "que será un demócrata, nacido de la sangre de emigrantes y pioneros y no de la sangre de reyes". "Tendremos también la primera mujer vicepresidenta e hija de emigrantes" remató Mario Cuomo.
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