La Marina salva el sector
Iniciada hace seis años, la reconversión de British Shipbuilders (entidad creada en 1977 y en la que se integraron 30 de las principales compañías constructoras del país) no ha logrado importantes avances en la consecución de unos astilleros rentables, aunque los pedidos militares de la Armada británica palían en buena parte el descenso de la demanda de nuevas construcciones.Las entregas en el período 1977-1982 han caído aproximadamente en un 54%, y las pérdidas continúan multiplicándose a pesar de los encargos militares. Eso es lo que en buena medida ha permitido enjugar los mínimos resultados que ha dado en el Reino Unido la diversificación de actividades y lo que ha permitido que la participación de las nuevas construcciones de buques en el total de las ventas continúe siendo proporcionalmente alta, con un descenso del 42% al 33% en cuatro años.
Sin embargo, también el Reino Unido se ha producido un considerable recorte en las plantillas, ya que en los cinco últimos años el descenso de las mismas ha sido de casi 25.000 personas (unas 12.000 en el segmento de nuevas construcciones). En este sentido, todas las previsiones apuntan a que esa cifra continuará incrementándose debido al estancamiento de los pedidos. La productividad ha aumentado ligeramente en el último cuatrienio.
Las fuertes pérdidas que acarrea British Shipbuilders ha obligado en los últimos años a inyectar considerables cantidades de dinero para realizar sucesivas ampliaciones de capital. En el período 1979-1982 se estima que éstas han superado los 71.000 millones de pesetas. El Gobierno británico concede además unas subvenciones o primas para la construcción de nuevos barcos que llegan hasta el 30% del importe total del mismo.
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