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GALICIA

El MOPU cierra el tramo de la carretera que había abierto un grupo de vecinos de Quiroga

A primera hora de la tarde de ayer personal del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU) procedió al cierre del tramo de la carretera N-120, de Logroño a Vigo, acceso central a Galicia, situado entre los municipios de Quiroga y Monforte de Lemos. El tramo permaneció abierto por espacio de dos días después de que en la madrugada del sábado vecinos de Quiroga retirasen la tierra y piedras que a causa de los desprendimientos de una ladera impedían el paso del tráfico.

El gobernador civil de Lugo, Juan Manuel Iglesias, anunció a este periódico la apertura de una investigación que conduzca a descubrir a los autores de la acción. Los vecinos afectados por el cierre de la carretera mantienen una rígida postura en el contencioso y aseguran que están dispuestos a proceder a su apertura tantas veces como sea cerrada. De igual forma, dejan entrever la posibilidad de emprender otras acciones de fuerza mayor para que, al menos provisionalmente, el tramo pueda ser utilizado. Y han demostrado su postura al retirar en la misma tarde del domingo las señales que el MOPU había colocado en el lugar prohibiendo el paso al tráfico rodado.La carretera N-120 permanecía cortada al tráfico desde el pasado mes de enero en el lugar de A Ruxidoira, a causa de desprendimientos de tierra hasta el pasado fin de semana en que un grupo de vecinos, con la ayuda de una pala excavadora y otros medios mecánicos, dejó expedita la vía, que según altos responsables del MOPU debería permanecer cerrada al menos otros ocho meses.

Pese a que el domingo nuevamente el MOPU señalizó la zona prohibiendo el paso, los vecinos retiraron las señales permitiéndo se la circulación. El gobernador civil ha declarado a este respecto que "no se pueden permitir acciones de este tipo porque se está perdiendo cerca de medio millón de pesetas en señalizaciones cada vez que se corta". El corte de ayer, según el gobernador, ha sido realizado, además de con varias señales con la colocación de obstáculos en la calzada.

Hermetismo de los vecinos

Los habitantes del municipio de Quiroga, al sur de la provincia lucense, mantienen un total hermetismo sobre la identidad de sus convecinos que, en la madrugada del sábado, actuando por su cuenta, dejaron abierto este tramo del acceso central a Galicia. Da la impresión de que toda la villa conoce a quienes trabajaron durante la noche para retirar de la calzada gran cantidad de piedras y tierra que, a causa de los continuos desprendimientos, impedían el tráfico. Pero existe un pacto de silencio que se cumple a rajatabla. Y todo lo que se consigue saber es que la acción ha contado con la aprobación de la mayoría, que la venía reclamando desde el mismo día del cierre, en el pasado mes de enero, argumentando los elevados perjuicios económicos que el corte les ocasionaba.Quienes conocen a los autores de la acción, y quizá con la intención de desviar el tema, señalan que en ella trabajó -Más de una docena de hombres del municipio y que tal vez recibieron una cantidad de dinero de industriales y comerciantes, de los que podría haber partido la idea.

El alcalde de Quiroga, el socialista Antonio Mejía, cree que "resultaría contradictorio realizar una apertura provisional del tramo una vez que se cerró por serios peligros para la circulación sin tomar otras medidas de protección mayores". No obstante, y pese a que el ayuntamiento no tiene competencia sobre el tema, "está tratando de que la carretera quede abierta lo antes posible de forma provisional, lo que veo bastante difícil".

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