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El descubrimiento de la música caribeña

Los salseros españoles

Los ritmos hispanos que cruzaron el océano nos han vuelto transformados y renovados. La salsa, o la música latina presalsera, tuvo un momento de auge en los años cuarenta y cincuenta, cuando mambos y boleros triunfaban en las salas de baile de nuestro país. Después, un largo paréntesis que se cuidó de cubrir la industria discográfica con productos anglosajones, el rock y todo lo demás, que han dejado tan importante poso que ya forman parte en muchos casos de nuestra cultura.A comienzos de la década de los setenta, grupos como la Orquesta Mirasol o Secta Sónica descubrieron que podían combinar música de sabor latino con lo que habían venido haciendo hasta el momento: jazz y rock. Por allí pasaron Xavier Batlles, Víctor Amant o Gato Pérez, y un buen día, junto a Albert Batiste y Sisa, decidieron poner en pie una orquesta de baile que les permitiera divertirse mientras hacían danzar al personal. Nació la Orquesta Platería, y aunque algunos la abandonaron pronto, los que quedaron insistieron en el tema hasta convertirla en un grupo de primera magnitud.

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Con ellos, llegó la salsa

La cosa tuvo su origen en Barcelona, donde ya se estaban interesando por los sonidos mediterráneos o el flamenco como manera de buscar una sonoridad propia y no prestada. El ejemplo cundió, y algunos grupos y cantantes han tenido ejemplar relevancia: La Salseta del Poble Sec o Sardineta, entre los grupos, y Gato Pérez, el único que ha descubierto que la rumba gitana es la salsa autóctona nacional, entre los cantantes. Incluso Hilario Camacho le dio un tiempo al ritmo caliente, para luego dedicarse a su estilo de siempre.

En Canarias, que en eso de las músicas de ¡da y vuelta ocupa un lugar privilegiado, se han cantado siempre boleros en fiestas y tenderetes. La emigración a Cuba y Venezuela hace particularmente cercanos los ritmos latinoamericanos y caribeños, pese a lo cual la salsa solo ha dado un músico profesionalizado. Claro que es probablemente el que más en serio se lo ha tomado en España: Caco Senante. A partir de unos orígenes de cantautor influido por la nueva canción latinoamericana, sus composiciones han ido evolucionando hacia formas totalmente salseras, que se concretan en sus dos últimos discos, Mojo Picón y Después... que le pongan salsa, en un estilo cada vez más depurado.

El mayor peligro de la salsa que se hace en España es que los intérpretes intenten aceptarla a ciegas, imitarla sin añadirle componentes personales propios.

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