Guatemala: elecciones en una dictadura
Los guatemaltecos acuden hoy a las urnas entre el miedo y la fe en el proceso democrático
Guatemala elegirá hoy una Asamblea Constituyente que tendrá que elaborar una nueva Constitución y preparar el camino para las elecciones presidenciales del próximo mes de marzo. La campaña ha sido apático y se espera un alto índice de abstención, aunque también el miedo será un factor importante a tener en cuenta. Se trata del tercer proceso electoral en Centroamérica en lo que va de año, lo que se encuadra en la estrategia norteamericana de "frenar a la izquierda guerrillera"
Los guatemaltecos encaran las elecciones constituyentes de hoy con una relativa esperanza de que no habrá fraude. Durante la campaña, algunos comandantes militares han tratado de orientar el voto de los patrulleros civiles (más de 700.000 sobre un censo electoral de 2,5 millones), pero todos los partidos aseguran que no ha sido un ejercicio sistemático dictado desde el alto mando. Vinicio Cerezo, máximo líder de la Democracia Cristiana, conria en la pureza del proceso, "aunque no tenemos garantías, porque ya en el pasado se nos prometió que no habría fraude y lo hubo".El general Guillermo Echeverría, que hace un año fue retirado del servicio activo por pedir el regreso de los militares a los cuarteles, explica de forma más simple esta aparente neutralidad de un ejército que ha controlado la vida política del país durante los últimos treinta años. "Éstas van a ser unas elecciones libres de Guatemala, porque el poder nunca dio importancia a la Asamblea constituyente. En las próximas, que serán ya presidenciales, veremos cómo los candidatos coquetean de nuevo con el Ejército".
Estos comicios se inscriben dentro de la estrategia norteamerican a para frenar a la izquierda guerrillera en Centroamérica. Es el tercer proceso 'electoral de la región en lo que va de año. Jorge Carpio, líder de Unión de Centro Nacional (UCN), una sigla nueva que se ha colocado entre las tres primeras con una perfecta técnica de mercado, no vacila en apuntar que la Embajada estadounidense ha jugado un importante papel en Ja apertura política. "La Administración Reagan se ha dado cuenta", añade, "de que la única forma de evitar la expansión del comunismo es apoyar la instalación de regímenes democráticos". Las dictaduras militares ya no sirven. Estamos en una etapa de contrarrevolución dem"oérática".
Vinicio Cerezo, que ha combatido con particular saña a Carpio, porque ha venido a morderle una tajada de su electorado, coincide parcialmente con esta opinión. "Washington está pasando de la política de seguridad nacional al apoyo a los procesos democráticos. El triunfo de los sandinistas ha demostrado que las dictaduras ya no se sostienen. O dejan el poder por las buenas o lo pierden por las armas".
De los tres partidos con ínejores perspectivas de triunfo sólo el ultraderechista Movimiento de Liberación Nacional (MLN) opina que estas elecciones obedecen a una intención objetiva de los mil¡tares de retirarse a sus cuarteles. Su máximo dirigente, Mario Sandoval, profundo admirador de José Antonio Primo de Rivera, opina que la fuerza armada está decidida a entregar el poder a los civiles para dedicarse a su verdadera misión, que es combatir a la guerrilla.
Sandoval, que, copiando al fundador de la Falange, definió a su partido como el de la violencia organizada, cree que frente a los insurgentes "no cabe más diálogo que el de las armas". Para ello no le faltará al Ejército el apoyo de su partido, como ya se lo dio al presidente Arana. "Entonces, el Ejército se dedicó a combatir y en año y medio acabó con la subversión. Eso mismo debe hacer ahora, dejando el Gobierno a los civiles".
La solución no le parece tan simple a Vinicio Cerezo. "Es un error pretender destruir en unos meses una guerrilla que surgió por los problemas acumulados durante muchos años. La única manera de reducirla a condiciones no peligrosas para el sistema democrático es modificar las condiciones políticas y económicas del país. La represión no ha hecho más que favorecerla y el énfasis puesto por Reagan en lo militar nos lleva a la destrucción".
"Una amnistía de verdad"
Jorge Carpio entiende que una forma de neutralizar a la extrema izquierda es abrir el espacio electoral a todas las opciones ideológicas. "La actual Constitución discrimina a los marxistas porque no les deja participar". Para incorporar a los insurgentes a la vida civil propone una amnistía de verdad ("no como la de ahora, que los matan en cuanto bajan de la montaña"), un riguroso respeto de los derechos humanos y una independencia auténtica del poder judicial.El líder de la ultraderecha Mario Sandoval admite que la guerra que se está librando es "una guerra sucia", pero añade que no puede hacerse de otra manera. "No se puede combatir a la subversión de acuerdo a la convención de Ginebra. Es falso", dice, "que la guerrilla tenga su origen en causas internas". Los que combaten en las montañas son un ejército entrenado y financiado por el comunismo internacional, mejor equipado que nuestra fuerza armada".
En esto disiente el general Echeverría. "El origen de la subversión es netamente nacional y debe buscarse en el descontento popular, aunque luego haya habido intromisiones externas. Después de veinte años de lucha he llegado a la conclusión de que este problema no puede tener una soluciónexclusivamente militar. Otro error grave ha sido no permitir la participación política de la izquierda. A mí me agradaría una Constitución que no excluyera ninguna ideología"
Sólo los partidos de ultraderecha se niegan a esta propuesta. Sandoval insiste en que a los comunistas no les interesan las elecciones. "Si hubieran querido participar podían haberlo hecho esta vez, que no había ningún impedimento".
Los partidos centristas reconocen que, aun sin obstáculos jurídicos, la izquierda no podía objetivamente participar en las elecciones de hoy. No se puede olvidar que en el último año, bajo la apertura del general Mejía Victores, se han registrado un promedio mensual de 124 muertes viole ntas y 42 secuestros, según datos de la Embajada norteamericana.
Todos están de acuerdo en elaborar cuanto antes la Constitución y convocar elecciones presidenciales para el mes de marzo. "El trabajo de la Asamblea", dice Cerezo, "nos permitirá conocer si es real la voluntad del Ejército de apartarse de la política. Si tratan de imponer su propio texto o si disuelven la Asamblea sabremos que todo sigue igual. Si ocurriera eso, el país iría a una polarización extrema, con un altísimo grado de inestabilidad, porque tampoco en el seno Ejército hay una unidad total".
"Residuos atávicos"
Jorge Carpio no descarta totalmente que pueda producirse un encontronazo entre la futura Asamblea y el Gobierno militar, porque todavía quedan "residuos atávicos en algunos oficiales que no se resignan a perder el poder", pero añade que mucho dependerá de la voluntad de los propios partidos políticos y de la participación ciudadana en la votación de hoy.Por la apatía registrada durante la campaña se diría que la abstención va a ser mayoritaria, pero el miedo va a jugar un papel importante para llevar electores a las urnas. En muchas zonas del país, el sello en la cédula de identidad puede ser un seguro de vida. Incluso los trabajadores de la CocaCola, que han demostrado su combatividad manteniendo ocupada la empresa noche y día desde el 17 de febrero, en una insólita acción sindical, dijeron. que pensaban ir a votar, aunque invalidarían la papeleta. El miedo es mucho más fuerte que la fe en el proceso democrático.
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