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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Los pilotos de Iberia

En junio de 1982 un jumbo de Iberia, de camino entre Madrid y Nueva York, se desvió 60 millas de su ruta y se metió de lleno en otro carril aéreo; fue por error inexcusable del piloto. Lo mismo le pasó a un 747 de Iberia en vuelo a Nueva York, excepto que esta vez el error fue sólo de 40 millas. A los dos meses, en mayo de 1983, la estación canadiense de radar de Gander (Terranova) detectó a otro 747 de Iberia con nada menos que un error de navegación de 120 millas; el piloto se había perdido. Y en agosto de 1983, otro 747 de Iberia, en vuelo a Nueva York, se desvió 100 millas de su camino. (Y cuatro días antes lo mismo había ocurrido con un avión de Spantax.) En total, cuatro errores de navegación graves e inexcusables del piloto de Iberia. En tránsito comercial aéreo un error grave de navegación está definido cómo uno de más de 25 millas.Pasa a la página 12

Viene de la página 11

La amenaza de estos aviones de Iberia a sus propios pasajeros y a los de los aviones en los carriles invadidos se hizo tan alarmante que el North Atlantic Systems Planning Group (que es el organismo encargado de velar por la seguridad del tráfico aéreo en el Atlántico Norte) envió al Gobierno español, en septiembre de 1983, una carta de amonestación detallando esos graves errores de navegación de los pilotos de Iberia, pidiendo acción punitiva inmediata y amenazando con retirar a Iberia el permiso para sobrevolar el Atlántico Norte. Iberia, con lastimoso desacierto y con descarado desprecio al viajero, y por boca de su director de operaciones, José María Ordovás, y de su presidente, Carlos Espinosa de los Monteros, ha negado haber constituido un grave peligro para la seguridad aérea. Sin embargo, el hecho es que, aunque los vuelos españoles constituyen sólo el 2% de todos los vuelos sobre el Atlántico Norte, los pilotos españoles han cometido el 27% de todos los errores graves de navegación en un reciente período de 12 meses. Y por si esto fuera poco, hace sólo semanas un piloto de Iberia, por equivocación, estuvo a punto de aterrizar su DC-10 en un pequeño aeropuerto de San Juan de Puerto Rico, creyendo que era el grande. De haberlo hecho (la torre de control le sacó del error en el último momento), el avión se hubiera salido de la pista. El Wall Street Journal del 6 de junio da muchos más detalles de éste y los anteriores errores en un largo y serio artículo en primera página.

Si ésta es la competencia de los pilotos de vuelos internacionales, que son, sin duda, los pilotos más experimentados y los más controlados por observatorios internacionales de tráfico aéreo, ¿cuál será la situación en vuelos nacionales, con pilotos menos experimentados? Miedo da pensarlo.

Al descortés y altanero tratamiento que los empleados de Iberia, tanto los de tierra como los de vuelo, han propinado tradicionalmente al viajero -tratamiento que yo mismo he sufrido en media docena de ocasiones, en vuelos nacionales e internacionales (¡pero nunca más me cogerán!)- se añade ahora evidencia incontrovertible de que sus pilotos, por incompetencia y chulería, han puesto repetidamente en gravísimo peligro las vidas de miles de viajeros.

No cabe duda que Iberia, una compañía que año tras año incurre en enormes déficit -enjugados siempre con fondos públicos- necesita un saneamiento radical, a todos los niveles, de gestión, de personal y técnico. ¿Por ejemplo, porqué no se la desnacionaliza, para que se las arregle por su cuenta?-

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