Ávila se queda sin alcalde por segunda vez en un año
Isidoro Heras Díaz, alcalde de Ávila, dimitió de su cargo en el transcurso de un pleno en el que se sometió este punto a votación y se aprobó por unanimidad. Esta es la segunda dimisión en la presidencia de la corporación municipal de Ávila en el año de mandato que lleva la Coalición Popular.
Los problemas de la ciudad se mantienen en el mismo estado en que se encontraban cuando se celebraron las elecciones en mayo de 1983, a causa de la ingobernabilidad y la falta de una gestión aceptable en el ayuntamiento por parte del grupo de gobierno. La Coalición Popular gobierna el ayuntamiento con una mayoría minoritaria de nueve concejales, frente a siete del PSOE y cinco del Centro Democrático y Social (CDS).Tales problemas, cada vez más agudizados, son el Plan de Ordenación General Urbana del que en estos momentos carece la ciudad; el abastecimiento de agua, que sigue llegando a los domicilios de los abulenses sin reunir las condiciones sanitarias mínimas; la construcción de un matadero dotado de los requisitos marcados por la ley, que se retrasa por la falta de diligencia del equipo de gobierno y que puede dejar sin este servicio a la capital de una. de las más importantes provincias ganaderas. A ello se unen un fuerte endeudamiento, una mala gestión de los cobros de las tasas y los impuestos y unos presupuestos irreales.
Los conservadores mantenien su postura de no negociar con los socialistas para repartir las presidencias de tres comisiones y cinco delegaciones, lo que según el portavoz socialista es la única solución que hoy podría hacer funcionar el ayuntamiento.
La oposición, culpable
El alcalde no consiguió tampoco despedirse de su cargo con un pleno en el que predominara la concordia y el entendimiento. Al exponer las causas de su dimisión acusó a los grupos de oposición de ambiciosos, intrigantes y de mantener una connivencia entre ambos. Toda la explicación del alcalde achacó a los concejales del CDS y del PSOE la falta de gestión que existe en el ayuntamiento, y terminó con esta frase: "yo quiero la paz y por eso me voy".Tanto el portavoz centrista como el socialista vieron más la causa de la dimisión de Isidoro Heras en un miedo incontenible al pleno que para hacer una crítica de gestión habían solicitado ambos partidos.
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