Joven columna del saber
Ha sido necesario que el filósofo de La historia de la locura fallezca para que se multipliquen los rumores, como el que afirma que murió del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Foucault era, en este país, algo así como una joven columna del saber de todos los tiempos. Así lo consideraban quienes le reconocían en la calle, que no eran muchos. Para saber quién era Foucault vale la pena referirse a una anécdota que contó ayer otro escritor, Jean Lacouture, que lo conoció bien.Aquello ocurrió en 1975, pocos meses antes de la muerte de Franco, cuando fueron ejecutados cinco militantes de extrema izquierda. Foucault fue a Madrid, en compañía de Yves Montand, Costa Gavras, Regis Debray y Jean Lacouture, para protestar contra dicha ejecución en nombre de otros intelectuales franceses. Durante una conferencia de Prensa, en Madrid, la policía irrumpió en el local y los expulsó no sin antes pedirles sus pasaportes. Dice Lacouture que el filósofo se "agarraba a su pasaporte, como si toda la libertad, toda la legalidad del mundo, todo el poder del hombre solo contra el Estado, estuviesen encerrados en aquel trozo de cartón azul".
Este hombre, conocido en todo el mundo, que por una rara casualidad ha publicado sus dos últimos tomos sobre La historia de la sexualidad en el momento en que ha dejado de respirar, no hablaba nunca de él. Pero ahora que ha desaparecido, alguno de sus íntimos hace confidencias. No hace mucho contaban que "durante la resistencia tenía 17 años y, aunque pertenecía a una familia burguesa, hubiera podido participar en la resistencia". Durante la guerra de Argelia también hubiera podido intervenir en el conflicto, como en la "revolución" de las barricadas de mayo de 1968, pero Foucault confesó que, en ambas ocasiones, no lo hizo por encontrarse lejos de Francia.
Debido al sigilo que mantenía sobre su vida, no eran muchos los que sabían que era homosexual, ya que su discreción en este terreno era absoluta. Desde que falleció anteayer, ha corrido insistentemente un rumor que habla de que su fallecimiento se debe a la enfermedad denominada SIDA, misteriosa aún, pero que ha afectado a quienes practican la homosexualidad. Respecto a su muerte quizá conviene recordar que, el pasado día 2 de junio, apareció sin conocimiento en su casa. Desde hace años no se cuidaba fisicamente, y parece ser, de acuerdo con testimonios médicos directos, que estaba afectado por tumores cancerosos que se habían desarrollado hasta lesionarle el cerebro.
En alguna de sus confidencias a un amigo que se llama Jean Pierre Barou, Foucault recuerda que, desde muy temprano, no fue un partidario de Sartre, y que nunca comprendió por qué despertó tanta devoción. El "amor" debía de ser recíproco, porque Los Tiempos Modernos, la revista de pensamiento que fundó y dirigió Sartre hasta su muerte, "ejecutó" con cinco líneas, La historia de la locura.
A pesar de que él no lo buscó, ni se lo propuso, ni parece ser que lo deseó, lo cierto es que, durante los años setenta, Foucault, que ya había sido profesor universitario, entró en el Colegio de Francia, y sus cursos, con los de Lacan y los del filósofo Gilles Deleuze, se les apellidaba los tres gloriosos.
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