La timidez del Gobierno
Nadie pone en duda que las estructuras oligárquicas que el país ha estado padeciendo durante décadas necesitan ser desmontadas para crear un futuro próspero y moderno. Hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) denuncia, en el reciente informe sobre la situación económica, las prácticas oligopolíticas del sector bancario español; nosotros podríamos añadir eléctricas, telefónica, petróleos, etcétera.Con el proyecto de reforma de las cajas de ahorro el Gobierno muestra su timidez, al aceptar las presiones de esos grupos oligárquicos que se han venido nutriendo durante años con el dinero barato de las cajas de ahorro. Este ejemplo se suma a las presiones ejercidas por las eléctrí cas respecto al PEN (alta tensión), donde el Gobierno ha aceptado incluir en el proyecto lo solicitado por tales compañías. Pagamos la mala gestión de las nucleares, incluyendo pérdidas de difícil aceptación.
Resulta evidente que necesitamos u nos objetivos de salvación nacional. Definirlos y proclamarlos puede ser prioritario. Pero todo ello puede resultar inútil si quienes aceptaron tal responsabilidad renuncian ante cualquier presión. Su credibilidad está en juego, y la crítica fácil desde la oposición, o bien la crítica desde tribunas de países extranjeros, usadas por muchos que se llaman españoles, influye en su gestión y decisión, con lo que perdemos la oportunidad de un futuro deseable. Esta timidez puede costar cara a España: ahora, por el coste de las reformas, y en el futuro, por quedarse en simulacro de lo pretendido.-
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