Se trata un problema 'interno'
Para la URSS, el destino del físico nuclear soviético Andrei Sajarov y de su esposa, Elena Bonner, es un tema interno no susceptible de discusión internacional. Ésta ha sido la respuesta que dio ayer el Kremlin al presidente francés, François Mitterrand, quien -en nombre del Acta Final de Helsinki, de la cual la URSS es un país signatario- cree tener derecho a plantear el tema durante su visita a Moscú.Visiblemente molesto, el jefe del Departamento de Información Internacional del Comité Central del PCUS, Leonid Zamiatin, manifestó ayer que Sajarov constituye un caso único. El disidente sigue recibiendo un sueldo de 900 rublos al mes como académico y científico, se encuentra bien de salud en relación a su edad y se alimenta correctamente, dijo.
Zamiatin acusó a la Prensa occidental de llevar a cabo una "viciosa" campaña en torno a Sajarov con objeto de atacar así a la URSS, y culpó a Elena Bonner de conspirar con la Embajada norteamericana en Moscú. En el tema de la emigración de los ciudadanos soviéticos existen leyes y organismos competentes para decidir sobre ello y ninguna institución internacional puede "dictar" su comportamiento, dijo el portavoz, según el cual la emigración de ciudadanos de origen judío ha disminuido porque han disminuido las peticiones.
Al margen de este argumento -que, en opinión de fuentes occidentales en Moscú, resulta muy discutible-, fuentes soviéticas señalan que los "destinos individuales" en la URSS no pueden separarse en la actualidad del clima de tensión mundial.
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