El 'fusilamiento' de Abena
Causa estupefacción el simulacro de ejecución en sí, pero ello no puede hacer olvidar otras circuns-Pasa a la página 12
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tancias que concurren en el acto. La violación de la vida cotidiana de los pobladores de Abena, apartados de sus quehaceres y marcialmente conducidos junto a la iglesia del pueblo, en una acción que sólo puede conllevar una actitud de resquemor ante el Ejército, si no otras más radicales. La inexplicable e inadmisible demora de las autoridades militares en tomar cartas en el asunto, que indica ya una criticable falta de información sobre la actuación de sus unidades, ya un deseo de ocultar los hechos, lo que, cuando menos, sería preocupante; en este último supuesto no se trataría simplemente de una acción vandálica e incontrolada de un par de militares, sino que los hechos recaerían sobre un sector significativo de la institución. En este contexto, declaraciones de autoridades militares reproducidas en la Prensa calificando lo ocurrido como un "exceso de celo de dos profesionales", amén de demostrar una gran falta de tacto respecto de la opinión pública, hacen erizar el cabello al suscitar en la ciudadanía la pregunta de cuál es la función de las Fuerzas Armadas, en opinión de dicha autoridad. El tardío arresto de los mismos, a la espera del esclarecimiento de los hechos, sólo comporta una acción necesaria ante la publicidad que los hechos han alcanzado, pero no tranquiliza en absoluto nuestros ánimos. En este contexto, la mera consideración de una posible relación entre el fusilamiento y el asalto a Radio Jaca, emisora que se disponía a dar noticias del suceso, es motivo de alarma para cualquier ciudadano.
No obstante, no es éste un sobresalto aislado para la tranquilidad de los aragoneses. La nómina de los agravios emanados de la utilización de zonas importantes del suelo aragonés como campos de tiro o de maniobras, o como bases militares, especialmente si, además, son extranjeras, sería larguísima: la bomba caída en el camping de La Sotonera, los vuelos rasantes durante los ejercicios Collarada-83, los aviones siniestrados (sucesos no por lamentables menos peligrosos para la población civil) en Villar del Cobo, Alcalá de Gurrea, etcétera.
El fusilamiento de Abena se inserta, eso sí, con especial gravedad en un contexto de utilización militar de varias zonas de Aragón, con manifiesto peligro para la población civil y respecto del cual los aragoneses han subrayado de múltiples formas su preocupación y repulsa. Ante todo esto, nuestro único deseo sólo puede ser el cese inmediato de tales circunstancias, la eliminación de las actividades e instalaciones militares que comporten peligro para la población civil, y muy especialmente de la base norteamericana cercana a Zaragoza.- y 11 firmas más.
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