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Frialdad entre el Gobierno y la Generalitat en la toma de posesión de Jordi Pujol

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, inició ayer formalmente su nuevo mandato de cuatro años con un discurso de toma de posesión sumamente crítico con el Gobierno central al que censuró varias veces por su concepción de la política autonómica. Pujol hizo contínuas menciones a los que desde fuera de Cataluña "atentan contra la fusión, la esperanza y la confianza en nostros mismos" ' que los asistentes a la ceremonia interpretaron como alusiones a la querella presentada por el caso de Banca Catalana. El acto realzó las relaciones de frialdad entre la Generalitat y el Gobierno, representado por el ministro de Administración Territorial, Tomás de la Quadra.

, La tirantez de las últimas semanas en las relaciones entre la Administración central y la Generalitat se evidenció antes del acto, durante su desarrollo, y a su término. La toma de posesión de Pujol, pese a su solemnidad, estuvo rodeada de una notable frialdad, en ciertos casos no exenta de crispación.El ministro de Administración Territorial, Tomás de la Quadra, representó al presidente del Gobierno en el acto y se situó en la presidencia junto a Pujo¡, junto al presidente del Parlament, Miquel Coll i Alentorn, y al delegado del Gobierno en Cataluña, Francesc Martí Jusmet.

Pujol y De la Quadra no cruzaron una sola palabra durante toda la ceremonia, y el ministro ni se levantó cuando el presidente de la Cámara legislativa catalana le impuso a Pujol el medallón de presidente de la Generalitat, entre aplausos de los más de 300 invitados puestos en pie. De la Quadra tampoco aplaudió -el discurso de Pujol, igual que todos los representantes de la Administración central. La actitud del ministro fue calificada por el portavoz de Minoría Catalana en el Congreso, Miquel Roca, como "insólita" y como "un grave error". Entre las ausencias importantes a la toma de posesión de Pujol. destacan la del ex presidente de la Generalitat, Josep Tarradellas, y del presidente del Senado, José Federico de Carvajal, parlamentario del PSOE.

Tras advertir a los que desde fuera y dentro de Cataluña intentan "atentar contra nuestra moral colectiva", Pujol exhortó a los asistentes, entre los que figuraban numerosos simpatizantes de Convergéncia Democrática de Catalunya (CDC), a que "si alguno lo hace, si comete este atentado, sepamos silenciarlo y hacerlo fracasar con la fuerza de nuestro patriotismo y de nuestra voluntad de construir nuestro país, es decir, con la fuerza no de sentimientos negativos, destructivos o de venganza, sino con la fuerza de nuestros sentimientos positivos".

"Miedo a una autonomía real"

En otro momento de su discurso, el presidente de la Generalitat señaló que "parece que hay miedo a que Cataluña tenga una autonomía real", y que el inicio de su mandato se produce "en un momento confuso desde el punto de vista autonómico".

"Necesitamos la autonomía, una autonomía real", afirmó Pujol, "para reforzar nuestra identidad. La necesitamos como país, y como un país que constituye un caso muy particular en el conjunto de Europa". Destacó que sus normas de conducta en los próximos años serán "el diálogo, el espíritu de apertura y la voluntad -de pacificación".

Pujol resaltó el interés de Cataluña por establecer ese diálogo con el resto de España y señaló que "los catalanes siempre hemos estado abiertos y predism puestos". Recordó, con un cierto aire de decepción, que no ha habido correspondencia a la actitud abierta de Cataluña y que ha existido como una sorpresa o como un rechazo a esta aproximación catalana.

"Exista o no exista este rechazo", dijo, "nuestra labor es trabajar como si no existiera, y ponérselo difícil a los que por intereses partidistas, por incomprensión o por un concepto centralista y patrimonial de España quieran actuar en términos de rechazo".

De la Quadra rehusó pronunciarse públicamente sobre el contenido de la intervención de Pujol. Portavoces gubernamentales, sin embargo, expresaron el "profundo malestar" ante el tono utilizado por el presidente de la Generalitat, y subrayaron que "las relaciones entre las dos Administraciones no pueden basarse en la desconfianza y el recelo, sino en la voluntad de cooperación y diálogo institucional".

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