Los medicamentos y la energía solar, objetivos básicos de la primera misión del 'Discovery'
El nuevo transbordador espacial Discovery iniciará su primera misión, de siete días de duración, dentro de una semana, desde la base de Cabo Cañaveral, en Florida, con una tripulación formada por seis personas, entre las que figuran Judith Resnik, la segunda mujer astronauta norteamericana, y el primer trabajador del espacio, Charles Walker. Un prototipo de fábrica espacial de medicamentos y un gigantesco módulo solar son dos de los experimentos más importantes de esta misión, que, tras los últimos fracasos en la puesta en órbita de satélites, intenta demostrar la versatilidad del transbordador.
A bordo del Discovery viajará una pequeña planta de producción, el embrión de la fábrica espacial de materias primas destinadas a la producción de medicamentos en el futuro. Charles Walker, especialista de la compañía McDonell Douglas Aerospace Corporation, que ha diseñado el experimento, deberá vigilar el funcionamiento continuo durante 80 horas del módulo, que producirá cantidades significativas de materias primas sobre las que no se ha facilitado información precisa.El director del proyecto, Jim Rose, aclaró recientemente que el experimento pretende producir una hormona del cuerpo humano con una gran aplicabilidad potencial, de la que en la actualidad no se dispone en la Tierra. Al parecer, el intento es un paso más en los experimentos de electroforesis que ya se han realizado en otros cuatro vuelos del transbordador, y que aprovechan el hecho de que la falta de gravedad facilita la separación de productos biológicos naturales muy difíciles o imposibles de aislar en condiciones de gravedad terrestre. Entre los productos biológicos de interés están el interferón, las células productoras de insulina y el factor de la sangre del que carecen los hemofílicos. Según Rose, se ha demostrado que en el espacio se pueden separar 700 veces más productos que en la Tierra, con una pureza cuatro veces mayor. Para 1988, McDonell Douglas espera disponer de una planta automática de producción permanente en el espacio, en una plataforma no tripulada que recibiría la visita del transbordador cuatro veces al año, para suministrar materias primas y recoger los productos fabricados.
Gigantesco módulo solar
La segunda astronauta norteamericana, Judith Resnik, será la encargada de otro de los experimentos más importantes de esta misión, un gigantesco módulo para captación de energía solar. El módulo, que tiene forma de ala de 32 metros de longitud, es el antecesor de los sistemas productores de energía para estaciones espaciales permanentes. Construido por la compañía Lockheed, está fabricado de un plástico ligero denominado kapton y contiene células solares de contacto que van soldadas directamente a los paneles. Durante el viaje al espacio, el módulo irá plegado como un acordeón en la bodega de carga del transbordador, formando un paquete de menos de 10 centímetros de espesor. En diversas ocasiones durante la misión será extendido y plegado, de manera que puedan recopilarse datos sobre su comportamiento estructural, dinámico y eléctrico. En esta prueba, el experimento sólo tendrá células solares en uno de lospaneles del ala. Un módulo de este tipo, con los 84 paneles cubierto! con células solares, podría producir 12,5, kilovatios de potencia. Además de demostrar la tecnología de los módulos solares, el experimento permitirá a la NASA realizar el primer gran experimento de estructuras espaciales en órbita.
El tercer transbordador
El Discovery, tercero de los transbordadores espaciales estadounidenses, fue trasladado el pasado mes de mayo a la rampa de lanzamiento desde una nave cercana. La agencia espacial norteamericana NASA tiene encargado ya el cuarto y, por ahora, último transbordador que se va a construir, el Atlantis, que entrará en servicio el próximo año. Mientras tanto, siguen en servicio las dos primeras unidades, el Columbia y el Challenger. El Discovery será lanzado cinco veces desde cabo Cañaveral, para posteriormente pasar a inaugurar, el 10 de octubre de 1985, la nueva rampa de lanzamiento situada en la base aérea de Vanderberg, en California, donde se ha realizado hasta ahora la mayor parte de los aterrizajes de la nave. La mayoría de las misiones del Discovery tendrán carácter militar.
Los transbordadores efectuarán 98 vuelos en los próximos cinco años, en los que participarán centenares de hombres y de mujeres -entre ellos, periodistas, artistas y educadores-, según informó la NASA.
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