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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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Las elecciones en el Coleg¡o de Médicos de Madrid

Marciano Sánchez Bayle

Como es ya sabido, el COM de Madrid carecía, y carece, de estatutos particulares. Ante la convocatoria de elecciones y la llamada de atención realizada por la candidatura de Arizcun sobre la necesidad de que existan unos estatutos particulares para poder hacer distritos electorales, aparece la primera mención pública de los mismos, seis días después de convocadas las elecciones. Estos estatutos, que no eran conocidos, ni habían sido aprobados por ninguna asamblea del COM de Madrid, al parecer habían sido aprobados en una reunión de su junta directiva de finales de diciembre de 1983, y no habían sido mencionados absolutamente ante nadie. También casualmente, son aprobados por la comisión permanente del CGCM, convocada con carácter de urgencia, el día antes de realizarse la convocatoria de las elecciones, sin .que conste el registro de entrada de estos estatutos en el CGCM y, además, habiendo declaración notarial del oficial mayor del citado consejo "de que no tiene constancia de que hayan entrado en el mismo estatutos particulares del COM de Madrid".Por otro lado, la comisión permanente, de acuerdo con el artículo 14 de los estatutos del CGCM, carece de capacidad para dicha aprobación, y ésta sólo la tienen el pleno o la asamblea del consejo, por lo que nos encontramos ante una actuación manifiestamente injusta de dicha comisión permanente, a la que pertenecen el presidente, vicepresidente, secretario general, vicesecretario y tesorero del CGCM, es decir, Ramiro Rivera y sus más adictos colaboradores.

El contenido de los estatutos

Otro tema a señalar es la falta de publicidad de los citados estatutos. Hay acta notarial en la que' Luis Sanjuanbenito, secretario del COM de Madrid, señala que no puede dar los citados estatutos, dos días antes de cerrarse el plazo de presentación de las candidaturas y 18 días después de convocadas las elecciones, lo que invalida la aplicación de los mismos en el supuesto de que hubieran estado legítimamente aprobados, ya que no pueden aplicarse de manera retroactiva las leyes y que, además, las normas administrativas deben de ser públicas para poder aplicarse.

Una lectura, incluso superficial, de los estatutos del COM de Madrid ya pone al descubierto la rapidez y falta de coherencia de los mismos, que parecen hechos a toda prisa, para resolver una necesidad urgente, y en muchos casos son una copia textual, e inadecuada, de los de la OMC.

Quiero aquí resaltar los cuatro aspectos más notorios de estas contradicciones, que, por sí solos, ya dan consistencia a una impugnación de los mismos:

- La continua repetición de los títulos y los capítulos, así como la referencia a "los colegios provinciales" regulados por estos estatutos. Así, hay un capítulo II sin que exista el I y un título II sin que haya el I, y se habla de "los colegios provinciales" y de "los cargos de los colegios provinciales", que no es difícil comprender que, referidos al COM de Madrid, son inexistentes.

- La elección de los compromisarios no se ajusta a lo señalado en el artículo 25 de los estatutos de la OMC, que especifican que será "por sufragio universal, secreto y directo", estableciéndose, en cambio, un extraño sistema de elección de 100 en 100 números de colegiados.

- El capítulo IV señala que los colegiados, para pertenecer a las secciones, deben de estar, "en su caso, en posesión de nombramiento definitivo", lo que es notoriamente imposible en la mayoría de las mismas (rurales, jubilados, médicos colegiados en los últimos cinco años y/o en formación, asistencia colectiva, ejercicio libre), y de aplicarse sólo a las demás, sería discriminatorio y atentatorio contrála igualdad ante la ley, reconocida en el artículo 14 de la Constitución.

- Finalmente, el artículo 28 habla de las juntas comarcales, y sólo señala una copia literal de los estatutos de la OMC, pero olvidando que el artículo 29 de los mismos señala que son los estatutos particulares de cada colegio los que deben establecer el número y demarcación de las mismas, y al no hacerlo en estos seudoestatutos no puede aplicarse, ya que no habrá juntas comarcales.

El desarrollo de la empaña

Si los puntos antes señalados ya ponen en evidencia la ineficacia y las irregularidades que han presidido éstas elecciones, el desarrollo de la campaña ha hecho que estas irregularidades lleguen a límites insospechados.

En primer lugar, el censo de los diferentes distritos electorales y de las diferentes vocalías es desconocido por las candidaturas (al menos por las que no son las que se presentan a la reelección) 24 horas antes de empezar las elecciones, de manera que carecerán de capacidad para controlar, salvo que sea a posteriori, las posibles duplicaciones, errores de situación, etcétera. Además, las notificaciones del COM a los colegiados sobre las vocalías a que pertenecen son absolutamente caóticas, aparte de incluir a numerosas personas en vocalías a las que no pueden pertenecer, por ejemplo, a quien esto escribe, que me incluyen en cuatro en lugar de sólo en una, se ha dado el caso de colegiados que han recibido dos notificaciones, con vocalías diferentes entreellas. Se trata, pues, de un censo caótico, que, entre otras cosas, va casi a imposibilitar el voto por correo, salvo que se tengan unos criterios dé aceptación muy amplios, y que puede permitir las duplicacioñes o las apariciones de personas que no deberían estar en el censo. Como anécdota puedo contar que un físico que trabaja como adjunto en el CE Ramón y Cajal ha recibido una carta del COM señalándole el lugar donde puede votar.

Por otio lado, el COM no ha dado ninguna facilidad para la propaganda de las otras candidaturas; así, y mientras Matos nos ha mandado su propaganda con la misma pegatina del Colegio con la que llega el Madrid médico o la convocatoria de las elecciones, las demás candidaturas no han tenido acceso a dichas pegatinas y han recibido, una semana antes de las elecciones, un ejemplar del censo, absolutamente inutilizable para efectuar envíos. Está claro que Matos ha jugado bien poniendo tantas cuantas trabas le han sido posible a sus oponentes. Y¡ por fin, el tema de los residentes. Se suponía que las mesas electorales en los hospitales tenían como finalidad facilitar el voto, pero, por lo que se ve, sólo un determinado tipo de voto. También una semana antes del 14 de junio, las diferentes candidaturas se han enterado de que los residentes no van a poder votar en los hospitales.

La versión oficial (de Sanjuanbenito) es que no les han facilitado los hospitales dichas listas; la realidad es que no las han pedido, y que incluso en hospitales como el Clínico, en que sí les han dado las listas de los residentes, tampoco han sido incluidos. Se trata, pura y simplemente, de dificultar un voto que, presumiblemente, va a ser contrario.

De todo lo dicho me gustaría sacar dos conclusiones. Una de ellas es que los actuales dirigentes del COM de Madrid y del CGCM han demostrado no estar a la altura de lo que son las necesidades y los modos de una sociedad democrática occidental. Su manera de entender el proceso electoral, todo obstáculos para los oponentes y facilidades para el poder, las numerosas irregularidades legales cometidas, etcétera, les sitúan en la órbita de las elecciones franquistas o de las de la URSS, donde todo está atado y bien atado. La imagen de esta representación profesional es absolutamente intolerable y francamente lesiva para la profesión médica.

La otra es que las demás candidaturas están embarcadas en un proceso de difícil salida. Estas elecciones tienen criterios más que suficientes para ser ¡legales, y los tribunales de justicia van a tener tema sobrado con ellas (incluidas las posibles responsabilidades penales a que haya lugar), pues, guste o no, estamos en un Estado de Derecho, y en él no pueden vulnerarse impunemente las leyes. Pero es obvio que el proceso legal es, desgraciadamente, lento, y entre tanto habrá que lograr una salida que nos permita a los médicos recuperar la dignidad que este proceso electoral ha empañado tan gravemente.

Creo que (y escribí esto el 13 de junio, cuando, según el ABC, la segunda candidatura con más pos¡bilidades era la de José Toledo), salieran quienes salieran, siempre y cuando no fueran los artífices de este desaguisado, habíran estado emplazados a normalizar la situación del COM, a elaborar unos nuevos estatutos con criterios democráticos y a iniciar en un plazo razonable, puede ser un año, un üuevo proceso electoral que permita clarificar las diferentes opciones profesionales y que no utilice métodos deshonestos contra quienes legítimemente quieran participar en unas elecciones limpias.

Marciano Sánchez Bayle es vicesecretario de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública.

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