El toro de casta es portugués
Sorpresa: hay toros que no se caen. Los de ayer no se caían y eran novillos. No sólo no se caían, sino que zarandeaban a los caballos, como no ha sido capaz de hacer casi ninguno de los toros, de la feria, y el primero, incluso derribó dos veces. Por fin, salió el toro y resulta que es portugués. El toro -que era novillo- puso en serios aprietos a los toreros, y al director de lidia, Juan Palacios, el que abría plaza lo mandó a la enfermería. Además, embestían con casta los novillos. Si es cierto que, como dicen los taurinos y algún ganadero de postín, los toros se caen porque no, tienen casta, he aquí una ganadería que la tiene, por todas. Es portuguesa, de Vale de Figueira, un paraje que es un dibujo, como un belén. Vengan, entonces, sementales y vacas de esta ganadería para refrescar la descastada sangre de las ganaderías españolas; la mayor parte de las ganaderías españolas, incluida la del revolucionario Victorino, cuyas reses no se tienen en pie. Éste es el gran hallazgo que se ha producido, inesperadamente, una tarde de tormenta en Madrid: en Portugal está la salvación del toro bravo español.
Plaza de Las Ventas
17 de junio.Novillos de José Infante da Cámara, fuertes, con gran trapío y casta. Juan Palacios. Cogido por su primer novilo. Cesterito. Estocada corta atravesada y descabello (silencio) Estocada corta (ovación y salida al tercio) Estocada corta atravesada (palmas y saludos). El Porteño. Estocada y descabello (ovación y salida al tercio). Dos estocadas enhebradas (silencio). Estocada y dos descabellos (vuelta por su cuenta). Parte facultativo. Juan Palacios sufre puntazos corrídos en muslo y hemitórax, contusiones y erosiones multiples y ligera conmoción cerebral; pronostico reservado
También tenían trapío los novillos de Infante da Cámara. El más pequeño de los que salieron ayer, lucía más corpulencia que el más grande de los que haya matado El Cordobés en sus temporadas de gloria. Naturalmente, ponerse de lante de estos novillos. portugueses con trapío, con casta, con fuerza, tenía peligro y daba por supuesto el valor dé los novilleros, que no se amilanaron en absoluto.
Juan Palacios, al que desbordaba la casta y el empuje del que abrió plaza, sufrió las consecuencias con un volteretón impresionante, que le dejó sin sentido, y, cuando se le llevaban a la enfermería iba inconsciente y ensangrentado. Afortunadamente, las lesiones que sufre no son de importancia; por lo menos, no lo son para lo que hizo temer el dramatismo de la corrida.
Cesterito y El Porteño bregaron como pudieron, en desigual liza sus limitados conocimientos y los problemas que planteba la novillada. En ningún momento cuajaron suertes exquisitas, pero tampoco se les hubiera podido exigir. Estuvieron valientes los dos y desarrollaron al máximo la técnica que poseen. Se trata de unos toreros aún con poco oficio, para quienes la dureza de los muy serios novillos era excesiva, pero resolvieron la papeleta con dignidad.
El Porteño banderilleó a sus tres enemigos con más denuedo que arte, y hasta les quebró pares en los medios. Con la muleta, estuvo bullidor. Planteó las faenas en el centro del redondel y si bien no conseguía embarcar las fuertes embestidas, las aguantaba, y se "iba arriba", como los novillos se "iban arriba" también. Cesterito no perdió nunca la cara a sus toros, a los quedobló con eficacia y obligaba cuanto podía.
La novillada, por la calidad del ganado y por el pundonor de los toreros, fue muy interesante; mucho más interesante que las corridas de la isidrada. Había toro en el ruedo, había emoción, había casta torera en los espadas y, para que no faltase de nada, había lluvia. Mediado el festejo la lluvia se hizo torrencial y el turismo escapó del tendido hacia las localidades cubiertas, con una velocidad y una agilidad asombrosas. Bajo los tejadillos pudimos presenciar la lidia, bien abrigados en lo enjuto, y las piernas de las turistas, que brincaban alocadamente la barandilla, para poner a cubierto sus tergales. Tarde argumentada, tarde amena, como bien se ve, que estamos deseando se repita. Para el jueves anuncian otra novillada; la lástima es que no viene de Portugal.
Babelia
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