Chabolistas de Carabanchel piden la construcción de 1.010 viviendas programadas hace cinco años

Los sucesivos retrasos en el comienzo de las obras de construcción de 1.010 viviendas en el Alto de San Isidro, en el barrio madrileño de Carabanchel, y la perspectiva cierta de tener que pasar otro verano en las chabolas e infraviviendas que ocupan en la actualidad, está generando una situación de irritación creciente entre el vecindario, según ha afirmado una representante de la asociación de vecinos que agrupa a los afectados. Un portavoz añadió que el último retraso se produjo hace nueve meses, momento en que debían haber comenzado las expropiaciones de terrenos necesarias para la construcción de las nuevas viviendas.

La construcción de las 1.010 viviendas está programada desde que en mayo de 1979 se incluyó esta colonia de chabolas en el programa de barrios en remodelación aprobado por el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU). El programa para Carabanchel Bajo preveía la construcción de 1.200 pisos, de los que se ha terminado la primera fase, de 190 viviendas, construída en la colonia Roger de Flor. Aunque con algunos meses de retraso, las viviendas están ya a punto de entregarse.Las restantes 1.010 viviendas han sufrido durante cinco años los retrasos derivados de conflictos burocráticos y de la supuesta falta de fondos económicos para su ejecución. Los sucesivos aplazamientos fueron debidos, primero a la necesidad de sustituir el anterior plan parcial de la zona por un Plan Especial de Reforma Interior (PERI), y luego a la polémica entre la Gerencia Municipal de Urbanismo, por una parte, y la asociación de vecinos y la delegación provincial del MOPU, por otra, que defendían proyectos diferentes.

El PERI fue aprobado definitivamente por la ya extinta Comisión de Planeamiento y Coordinación del Área Metropolitana (COPLACO), en mayo de 1983. A pesar de que se había acordado que la tramitación tuviera carácter de urgencia, la expropiación de los terrenos necesarios no ha comenzado todavía. Sólo en abril de este año, la dirección general del MOPU aprobó el proyecto de delimitación y descripción de los bienes afectados por la expropiación.

Pendiente de firma

Ahora, la operación está pendiente de la firma de un protocolo entre el Instituto de Promoción Pública de la Vivienda (IPPV) y la Sociedad Estatal de Promoción y Equipamiento de Suelo (SEPES).Según la portavoz de la asociación de vecinos de Carabanchel Bajo, los continuos aplazamientos que viene sufriéndo el proyecto urbanístico no han sido aprovechados por la Administración para ir adelantando el estudio y la tramitación del proyecto.

En septiembre está previsto que 190 familias chabolistas ocupen las viviendas de Roger de Flor, lo que significa que otras tantas chabolas o infraviviendas van a quedar desocupadas. Si no se organiza una operación de demolición y retirada de los escombros, inmediata a la desocupación, bastarán pocas semanas o quizá días para que las infraviviendas estén habitadas de nuevo por otras familias.

Complicaciones

Ayer no fue posible hablar con los responsables de la delegación provincial de la Vivienda. Un portavoz del MOPU informó, sin embargo, que los retrasos se deben a complicaciones burocráticas que necesitan una tramitación lenta, y añadió que es casi seguro que la construcción de las viviendas no pueda comenzar este año.