Esculturas urbanas en un paso a niveI
Tomás Sáenz Navarro, de 59 años y 12 empleados más del servicio de electrificación de Renfe, son los autores de los cuatro robots que decoran el paso a nivel que existe junto a la ermita madrileña de San Antonio de la Florida. Las esculturas miden medio metro de altura, han sido confeccionados con piezas viejas de ferrocarril y recuerdan a los autómatas de La guerra de las galaxias. Peatones y automovilistas se detienen a contemplar, asombrados, las creaciones de estos ferroviarios, que han recibido ofertas de compra. Sin embargo, Sáenz afirma que "los marcianos no se venden, porque los hacemos con la única intención de alegrar nuestro lugar de trabajo y, además, las piezas pertenecen a Renfe". Un quinto robot fue sorteado el pasado año en una fiesta de homenaje a los jubilados de la compañía ferroviaria. En la fotografia de la izquierda, Sáenz junto a una de sus creaciones. A la derecha, otro de los robots del paso a nivel.
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