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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Directores de periódicos estatales

He leído con profundo asombro el párrafo sexto del tercer y último capítulo del serial titulado La privatización de la Prensa pública, publicado el jueves 31 de mayo en su periódico, en el que se hace, una vez más, una negativa referencia a los que fuimos directores de los diarios estatales, en un repetido intento de desprestigio que ya aburre. La conclusión a la que he lle gado, tras la repetida y atenta lec tura de ese párrafo, es que el autor del informe no lee su propio periódico.Si este señor hubiera repasado las cifras aparecidas en EL PAÍS en diferentes fechas, algunas muy recientes, acerca de los resultados de los ejercicios económicos -tirada, difusión, venta, ingresos totales, etcétera- de 1982, año en que aún estábamos los directores destituidos, y 1983, el gestionado por los nuevos ("siempre con profesionales de los MCSE", como si nosotros no fuéramos profesionales del periodismo), habría llegado a una evidente conclusión: las cosas fueron mucho peor en 1983, según las propias cifras publicadas por EL PAÍS.Se afirma también en este último capítulo del serial que "muchos ex miembros de las redacciones de periódicos del Estado destacan esta etapa como la de más libre ejercicio profesional que recuerdan". Esta gratuita afirmación podría haber quedado redonda si su autor hubiera hablado con los periodistas puestos en la calle bajo el disfraz de reestructuración de plantilla, con el que se vio obligado a marcharse a otro diario, con el que dejó de escribir por orden del director, con el castigado a hacer sucesos, etcétera. Todo ello ocurrió en 1983.Puesto que EL PAÍS, a lo largo de año y medio, nos ha honrado con una larga serie de alfilerazos, mediante los cuales, y con una actitud absolutamente maniquea, se intentó poner en entredicho una labor profesional de años, y que en ocasiones ha rozado el honor personal, sin haber tenido la elemental cortesía y la objetividad Orofesional de haber hablado con cualquiera de los 23 directores destituidos; puesto que además se ha negado a publicar una línea de nuestras reivindicaciones profesionales, laborales y salariales, agradecería que su periódico, una vez desaparecida la Prensa estatal, nos olvide y nos deje en paz.

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