Comienza la demolicion del 'triángulo de oro' tras un trámite de expropiación de 25 anos
Dos de las viviendas situadas en la manzana delimitada por las calles Capitán Haya, Bravo Murillo, Sófora y Ulpiana Benito, conocida popularmente como el triángulo de oro, fueron derribadas. Uno de sus ocupantes sufrió un amago de angina de pecho y el resto, apoyado por los demás vecinos, fue obligado a salir de los inmuebles por la Policía Nacional. Con esta demolición se inicia la expropiación efectiva de las viviendas, iniciada en 1959, que las 42 familias afectadas han logrado paralizar durante 25 años (ver EL PAIS de ayer).
Poco después de las nueve de la mañana de ayer varios coches de la Policía Municipal rodearon las casas bajas situadas en la esquina de la calle de Juan Castán Tobeñas con Capitán Haya. Un funcionario entregaba a esa hora a Juan Mora, de 76 años, propietario de una de las dos viviendas, un escrito en el que se le ordenaba desalojar la casa para proceder a su inmediato derribo.Minutos después, Mora hubo de ser ingresado en la Ciudad Sanitaria La Paz, ante el peligro de que se le reprodujera un infarto de miocardio que sufrió el año pasado. Este suceso y la oposición mostrada por los vecinos hizo que el desalojo se retrasara hasta primera hora de la tarde. Pasadas las 14.30 horas, varios agentes de la Policía Nacional desalojaron por la fuerza a los vecinos y propietarios de las viviendas y comenzaron a sacar a la calle los muebles y demás efectos de la casas.
Se ponía así fin a un proceso de expropiación que comenzó hace 25 años y que será seguido en las próximas semanas, hasta que no quede en pie edificación alguna en la manzana, donde, según los planes urbanísticos vigentes en Madrid, se levantarán equipamientos deportivos para el barrio.
Según informaron fuentes de la Consejería de Urbanismo de la comunidad autónoma, las familias expropiadas tienen depositadas a su disposición desde 1975, en la Caja General de Depósitos, 1.296.670 pesetas, cantidad que fijó como indemnización el 6 de marzo 1974 el Jurado Provincial de Expropiación Forzosa. Las mismas fuentes informaron que "aunque la Administración no está obligada a ofrecer nuevas viviendas", se facilitaron dos pisos en la barriada de Palomeras a Juan Mora, que vive con su esposa, y a su hermano Emilio, anciano de 81 años que vive con un hijo lisiado de 37 años.
Las familias desalojadas ayer afirmaron que lo único que querían eran terminar su vida en el barrio donde residen.
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