La conexión gasista española con Europa sería "muy positiva", según Claudio Boada
El presidente del Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH), Claudio Boada, manifestó ayer que sería "muy positiva" la conexión de la red de gas española con el sistema europeo. Boada, que hizo esta afirmación en una conferencia de prensa con motivo de la Feria de Barcelona, indicó que la conexión tiene especial interés desde el punto de vista de la seguridad, ya que significaría una garantía en caso de que surgiesen dificultades con los países suministradores.El presidente del INH manifestó que no creía que los franceses planteasen excesivas dificultades, aunque señaló que la conexión supondría un inversión muy costosa.
Boada indicó que con el creciente aumento de la producción española, los posibles problemas de seguridad quedaban cada vez alejados. El pasado 1 de abril entró en explotación el pozo de Serralbo (Huesca), que con la producción que aportará la próxima puesta en marcha del pozo Gaviota, en Bermeo, la producción nacional cubrirá el 30% del consumo. Este porcentaje se podrá ampliar hasta el 40%.
Gasoducto Orán-cabo de Gata
La conexión España-Francia facilitará en el futuro, según subrayó el presidente del INH, la obtención de carburante de países europeos alejados. Sobre la otra gran conexión energética española, con el norte de Africa, Boada consideró como más viable el gasoducto Orán-Cabo de Gata, cuyo, coste se eleva a 500 millones de dólares, según el tipo de cambio de 1981.Las dificultades más graves del proyecto provienen de la complicación que ofrece la reparación de averías de una instalación situada a 2.000 metros de profundidad y del alto coste financiero del proyecto. Esta última posibilidad no es muy factible a corto plazo, según el análisis del INH, porque el consumo para el año 2000, que se preveía podría alcanzar el 20% de la demanda energética global, ha descendido al 17%, según los últimos estudios.
Boada recordó que el cash-flow conjunto del grupo de empresas que integran el INH alcanzó 71.000 millones de pesetas en 1983, magnitud que esperaba ver aumentar hasta los 100.000 millones en este año.
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