Ciencias y filosofía

Desearía, en la medida que me concierne, dar por terminada la seudopolémica a cuenta de las facultades de Filosofía mantenida en esta sección con el catedrático de Medicina Germán Sierra, que ha ido adquiriendo matices crecientemente kafkianos. La última carta del profesor Sierra, en efecto, me ha alegrado mucho. Me congratulo -y le felicito- al saber, según sus propias afirmaciones, que dicho profesor no dio por clausurada su formación cultural en el bachillerato, trató de ampliar sus horizontes más allá de esta etapa y viajó hasta la costa del Pacífico, donde recibió cierta iniciación filosófica en el campo del positivismo lógico.Dado el interés del profesor Sierra por nuestras facultades, de Filosofía, le recomendaría que se matriculara en alguna de ellas. Así podrá percatarse de que el material de trabajo normalmente utilizado en los cursos no consiste en libros de texto -que el profesor Sierra dice haber analizado científica-ficcionalmente-, sino en las obras de los grandes clásicos de la filosofía y de la ciencia, cuya íectura, espero, apasionará a una personalidad tan fervorosa del saber y la polémica. /