La URSS niega que el físico soviético Andrei Sajarov esté en huelga de hambre
La agencia oficial soviética Tass negó ayer que el físico nuclear Andrei Sajarov, exiliado desde 1980 en la ciudad cerrada de Gorki, se encuentre en huelga de hambre y en grave estado de salud. Según Tass, los "hechos médicos exactos" son que "Sajarov se encuentra bien, come regularmente y lleva una vida activa".Fuentes próximas a Sajarov habían dicho anteriormente que el científico disidente, de 63 años de edad, había comenzado una huelga de hambre el pasado 2 de mayo con objeto de obtener el permiso para que su mujer, Elena Bonner, pudiera viajar a Occidente y obtener allí tratamiento médico. Sajarov padece del corazón, y su esposa, del corazón y de la vista. Según estas fuentes, Elena Bonner se unió a la huelga de hambre de su marido.
Según Tass, Bonner "no necesita los servicios de ningún especialista extranjero", de acuerdo con "las conclusiones de experimentados doctores". La esposa de Sajarov recibe, según la agencia soviética, toda la "ayuda cualificada" que la medicina soviética es capaz de proporcionar "en las mejores clínicas del país, donde trabajan los oftalmólogos más expertos". Tass hace hincapié en el prestigio de los oftalmólogos de la URSS, que atraen a "centenares de ciudadanos de países capitalistas desarrollados", y recuerda los nombres del profesor Fiodorov y del profesor Filatov.
El estado de Elena Bonner, subraya Tass, le permite conducir un coche -a lo que fue autorizada a principios de este año-, realizar las faenas domésticas y hacer trabajos mecanografiados para la Embajada norteamericana en Moscú, además de llevar una vida bien activa en relación a esta sede diplomática, con algunos de cuyos funcionarios "estaba constantemente en contacto" durante su estancia en Moscú.
Fuentes próximas a los Sajarov informaron recientemente que el piso que ocupaba la familia en Gorki se encontraba vacío. Este hecho dio pie a la hipótesis de que el matrimonio hubiera sido trasladado al hospital y estuviera siendo alimentado por la fuerza.
Los medios de comunicación soviéticos han acusado a los servicios de inteligencia norteamericanos de complicidad en una campaña de propaganda contra Moscú centrada en el fisico nu clear soviético. El pasado 20 de mayo, el diario Izvestia publicó un artículo en el que acusaba a Elena Bonner de estar dispuesta a pasar sobre el cadáver de su marido con objeto de conseguir sus fines. El deseo de Bonner de viajar a Italia escribía ayer Tass, "no es motivado por su deseo de ingresar en una clínica extranjera, sino por su aspiración de calumniar la realidad soviética, como lo demuestra la experiencia de sus anteriores viajes".
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