Anticomunismo y desarrollo económico, pilares de Taiwan
Anticomunismo y desarrollo económico. Éstos son los dos principios básicos del régimen chino nacionalista de Taiwan, según afirmó en su discurso de toma de posesión, el domingo 20, el presidente Chiang Ching-Kuo, de 74 años, hijo del generalísimo Chiang Kai-Shek, quien gobernó la isla desde el triunfo de la revolución comunista de 1949 en el continente, hasta su muerte en 1975.
"Una compañía comercial rica, que obtiene beneficios, no se vende a otra que está en bancarrota. Por la misma razón, nosotros no nos uniremos nunca a la China comunista", asegura Raymond Tai, subdirector general de la Oficina de Información del Gobierno de Taiwan. El "milagro económico" es el argumento más utilizado por el régimen de Taibei para demostrar su éxito. Frente a la pobreza de los 1.000 millones de chinos del continente, los taiwaneses han alcanzado un nivel de consumo relativamente elevado y las cifras macroeconómicas muestran resultados espectaculares, sobre todo en lo que respecta al crecimiento anual y al superávit de la balanza comercial. Los productos made in Taiwan invaden el mundo desde hace años, y en previsión de un posible proteccionismo comercial, sobre todo en el capítulo de textiles, los taiwaneses han reconvertido su principal industria, que es ahora la electrónica y la informática. El doctor Sun-Chen, vicepresidente de la Comisión de Desarrollo y Planificación Económica, ve con optimismo el futuro."Creo que hasta el año 2000 podremos mantener una media de crecimiento anual del 7%, salvo imprevistos. Una nueva crisis del petróleo nos afectaría mucho menos que en los años setenta, porque ahora el 40% de nuestra energía es de origen nuclear". Entre los imprevistos, naturalmente, figura la actitud de la República Popular China en los próximos años.
"La estrategia de Pekín consiste, primero, en aislarnos diplomáticamente, hacer que el mundo nos llame Taiwan, en vez de República de China y, después, comunistizarnos pacíficamente o por la fuerza", dice Raymond Tai.
Taiwan gasta un 40% de su presupuesto nacional en defensa y 27 de cada 1.000 habitantes están en el ejército, una proporción posiblemente sólo superada en el mundo por Israel. Aunque desde 1979, año en que EE UU reconoció al régimen de Pekín, no se han producido bombardeos de artillería sobre Quemoy y otras islas cercanas al continente, el Gobierno de Taibei continúa preparándose para la guerra. "No pueden utilizar armas atómicas contra nosotros, tanto por la reacción de la opinión pública mundial como porque no les serviría para nada una isla destruida. Y en la guerra convencional tendrían que pagar un precio muy elevado por conquistar Taiwan. Tenemos armas sofisticadas, una aviación muy Poderosa. Tendrán que pensárselo mucho antes de atacarnos", afirma Tai.
Cuando se le objeta que parece evidente que entre los planes de Pekín no figura una invasión de la isla, responde: "Nosotros no nos fiamos de los comunistas. Mire lo que pasó en Tibet, después de que hicieron todo tipo de promesas". Similar opinión mantiene el profesor Chang King-Yuh, director del Instituto de Relaciones Internacionales de Taiwan, donde se estudia cuidadosamente lo que ocurre en la República Popular.
Los llamamientos de Pekín para la reunificación de Taiwan con el resto de China mediante un sistema de autonomía que permitiría incluso el mantenimiento de un ejército propio en la isla no parecen haber hecho el menor impacto en el Gobierno de Taibei. "Aparte de que no nos fiamos de ellos, nos ponen condiciones imposibles de cumplir, como que renunciemos a nuestra bandera, a nuestro himno nacional y al nombre de República de China. En cuanto a lo de dejarnos tener nuestro propio ejército, ¿para qué lo querríamos si no nos permitirían comprar armas?", objeta Raymond Tai.
La propuesta de nueve puntos para la reunificación de Taiwan hecha por Yeh Chien-Ying en septiembre de 1981 ha motivado la publicación de varios folletos por la bien engrasada maquinaria propagandística de Taibei, una de cuyas actividades es el envío de globos cargados de propaganda al continente cuando los vientos son favorables. Al sexto punto, en el que el Gobierno de Pekín se ofrece a enviar fondos a la hipotética región autónoma de Taiwan en caso de que ésta tuviera dificultades financieras, se responde con un chiste que muestra a un taiwanés encorbatado al volante de un automóvil descapotable y a un chino continental andrajoso, montado en una bicicleta, que le dice: "¿Quieres alguna ayuda financiera?". Un epígrafe del folleto tiene este significativo título: Antes muertos que rojos.
Por su parte, el profesor Chang King-Yuh reconoce que se han "realizado progresos" en el continente, gracias a las últimas reformas. "Pero en el fondo es lo mismo. La Constitución sigue vigente, y en ella se dice que los medios de producción son del Estado".
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