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Bruce McCandless

El primer hombre que se paseó por el espacio sin cordón de seguridad

"¿Que qué hacemos en el tiempo libre que tenemos en una misión espacial? Pues lo que la mayoría de los mortales: mirar por la ventana". Sin embargo, el paisaje que el capitán de la NASA Bruce McCandless podía observar desde una altura de 300 kilómetros era muy diferente del que la mayoría de los mortales puede soñar ver algún día. McCandless se convirtió el pasado 7 de febrero en el primer hombre que se desplazaba por el espacio sin cordón de seguridad que le uniera al transbordador espacial americano. Asegura que no tuvo miedo ni sintió soledad, porque el riesgo estaba plenamente calculado. Lo que más le impresionó fue el color negro aterciopelado que tiene el espacio exterior

El astronauta Bruce McCandless nació hace 46 años en Boston, Massachussetts, y estudió Ciencias en la Academia Naval de los Estados Unidos. Ya de pequeño, cuando tenía 13 años, quiso ser astronauta. Un libro sobre naves espaciales tuvo la culpa de que el joven Bruce empezara a llevar en la cabeza mil fantasías que hoy compartiría con la mayoría de los niños, pero que en aquel momento nadie comprendía demasiado bien. Alguien le dijo entonces que el oficio de astronauta aún no había sido inventado, y que, por lo tanto, debía pensar en otra profesión para ganarse el pan. Pero el destino fue muy implacable con él. El lanzamiento del satélite soviético Sputnik en 1957, mientras estudiaba en la Academia Naval, le demostró que podía seguir soñando con los vuelos espaciales y que tal vez un día emularía las hazañas de aquel personaje de ciencia ficción tan popular en el 1929, Buck Rogers, quien se movía por el espacio con unos reactores colocados en la espalda.La oportunidad llegó en 1966, cuando Bruce MeCandless fue seleccionado por la NASA junto a otros 19 astronautas de entre 1.000 aspirantes. Desde entonces ha participado en algunas de las misiones más importantes de la agencia espacial: como miembro de la tripulación de apoyo en la misión del Apolo 14 y como piloto de prueba en la primera misión del Sky-Lab. Otro de los proyectos para los que ha trabajado es la puesta en órbita de un telescopio gigante, operación prevista para 1986 y que permitirá ampliar la visión hasta 142 veces; pero, sin duda, el diseño de la popularmente,conocida como mochila espacial es el más importante. Él y un amigo diseñaron el impulsor espacial en 1967, pero las dificultades presupuestarias impidieron materializar el proyecto hasta 1973.

Sobre Bruce McCandless se pueden decir muchas cosas. Por ejemplo, que es un hombre que ha viajado mucho, aunque esta afirmación en un astronauta tenga un significado diferente. En su última misión ha recorrido más de cinco millones de kilómetros, dejando en tierra a su mujer, Bernice, y a sus hijos, Bruce y Tracy, pero llevando consigo varios objetos. Uno de ellos, un banderín, pertenecía a la Fundación Mediterránea, de Barcelona, que el pasado viernes recuperó la reliquia espacial de manos del astronauta.

Tras la entrega, hubo un coloquio en el que un joven preguntó al astronauta que si para serlo era necesario sacar buenas notas en matemáticas. Bruce McCandless no se lo puso nada fácil, porque señaló que para ser astronauta "hay que tener, además, buena formación en Física, en Ciencias Naturales, ingeniería, Medicina, etcétera...". Después de un viaje tan largo, asegura que para él no ha cambiado para nada el concepto que tiene de la vida, y ensalza la gran belleza del cosmos como algo que no se puede describir: "Allá arriba las fronteras políticas no se ven, no están trazadas. Lo único que se ve es el relieve geográfico de la tierra".

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