"A partir de ahora todos estaremos pendientes de Galicia", afirma Miquel Roca
"Hasta hoy, todas las miradas de España estaban pendientes de Cataluña; vengo a cederos el relevo, ya que, a partir de hoy, todos estaremos pendientes de lo que ocurra en Galicia". Con estas palabras, Miquel Roca, máximo inspirador de la operación reformista, clausuraba ayer el congreso constituyente de la Coalición Galega (CG) y abría, de paso, la que puede considerarse como la más larga campaña preelectoral vivida hasta ahora: la que tendrá como fin la celebración de las elecciones autonómicas en Galicia y que no culminará hasta octubre de 1985, fecha prevista para la consulta electoral.
El habitual pragmatismo de Roca pareció, en esta ocasión, plenamente acertado: todas las fuerzas políticas nacionales se plantean ya las elecciones gallegas como el examen definitivo, capaz de provocar acontecimientos decisivo, en la vida política española. Alianza Popular sabe que deberá repetir una victoria en su terreno de juego favorito; el PSOE es consciente de que en Galicia no podrá darse para ellos una segunda edición de lo ocurrido hace un mes en Cataluña, y los reformistas, por su parte. admiten que una derrota de Coalición Galega en las elecciones del año próximo daría al traste con su operación en toda España.Por ello, todos se han lanzado ya, en mayor o menor grado, a la preparación de estas elecciones, y no resulta exagerado afirmar que, pese al tiempo que falta hasta octubre de 1985, en Galicia se vive un clima de auténtica precampaña. Por ejemplo, el presidente del CDS, Adolfo Suárez, se dedicó este fin de semana a recorrer las tierras gallegas coincidiendo con la celebración del congreso de CG y con la presencia en él de los principales líderes reformistas, que serán previsiblemente sus máximos rivales por el espacio de centro en las próximas elecciones generales.
No se descarta la posibilidad de que el Gobierno central socialista llegue a anticipar las elecciones generales de 1986 a octubre de 1985, haciéndolas coincidir con las autonómicas gallegas si los sondeos que van llegando a manos del vicepresidente Guerra muestran una tendencia muy desfavorable. Es ésta una hipótesis de trabajo admitida tanto por el presidente de la Xunta gallega, el aliancista Gerardo Fernández Albor, como por los socialistas locales, pasando por los inspiradores de CG.
La influencia de Franqueira
Coalición Galega clausuró ayer su congreso constituyente a los sones del himno gallego en un polideportivo cercano a Vigo. Los compromisarios eran, en gran parte, personas procedentes de los medios rurales de Orense y Lugo, aglutinados por la influencia económica del empresario orensano, actual diputado centrista en las Cortes, Eulogio Gómez Franqueira. A sus casi 67 años, Franqueira tiene una biografía singular.Maestro rural hasta los 43 años, emprendió entonces una meteórica carrera como empresario agrícola, que llevó a sus industrias a facturar en 1983, 25.000 millones de pesetas. El inspirador desde la sombra de CG, casi un mito desde que, en 1980, repelió a tiros un intento de secuestro a cargo de ETA, constituye un poder caciquil en Orense y tiene influencia en Lugo, pero, entre quienes ayer iniciaron la andadura de CG, resultaba patente que esta influencia no llega a las provincias claves de La Coruña y Pontevedra y a los cuadros medios y profesionales de toda Galicia. Pese a todas sus carencias, los exámenes iniciales de CG han sido buenos: como candidatura en las últimas elecciones municipales logró un centenar de alcaldes y casi un millar de concejales. Y resulta patente la preocupación que esta formación, próxima a la operación reformista, suscita en AP; se afirma que el presidente de la Xunta y seguro candidato aliancista a la reelección, Gerardo Fernández Albor, ha mostrado más de una vez su inquietud, derivada fundamentalmente del hecho de que tanto él como Franqueira se dirigen a un mismo tipo de electorado.
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