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Félix Valentín Jorba

Ex jugador del Valladolid, es restaurador de documentos antiguos en el Archivo de Simancas

Félix Valentín Jorba, vallisoletano, 50 años, es un auténtico cirujano del papel. La historia le debe casi tanto como a sus protagonistas e investigadores, aunque él, tan modesto como enamorado de su profesión, prefiera permanecer en el anonimato y no esté dispuesto a cambiar sus vinos y charlas con los amigos de toda la vida por nada del mundo. Lleva casi 24 años restaurando escritos y legajos en el Archivo Histórico de Simancas (Valladolid), y, gracias a su profesionalidad, paciencia y habilidad, no se han perdido documentos como el plano de la batalla de Lepanto o el Becerro de las Behetrías, catálogo de las propiedades en Castilla que mandó recopilar allá por 1352 Pedro I el Cruel.

Cartas de emperadores y reyes, documentos confidenciales, escritos de la Edad Moderna, libros antiquísimos, planos civiles y militares han pasado por las manos de un hombre que asegura que es restaurador de libros "desde el mismo día en que nací, porque mis antepasados ya lo fueron", pero que reconoce que "me paso las noches en vela cuando tengo que hincarle el diente a cosas tan importantes como escritos de Carlos I, Felipe II o los Reyes Católicos"."Me podía haber acostumbrado con los años, pero la verdad es que me pongo nervioso y me entran sudores cuando tengo que restaurar un documento con la firma de nuestros reyes y emperadores, o de Quevedo o Cervantes", dice. Se pasa las horas muertas en el castillo de Simancas arreglando legajos deteriorados y aún le quedan fuerzas para, en sus ratos libres, dedicarse a encuadernar, con la más artesanal y artística de las técnicas, libros que más tarde regalará a familiares y amigos, porque "esto es impagable, pero me divierte".

Félix Valentín no podía ser más que restaurador de libros. Su abuelo, Cándido Valentín, lo fue; su padre, también. A él le salieron los dientes echándoles una mano en el pequeño taller familiar que aún mantiene en Valladolid. Su afición juvenil le llevó hacia el fútbol, y llegó a fichar por el Real Valladolid en los años cincuenta y, más tarde, por el Palencia. Una lesión le apartó de los terrenos de juego cuando tenía 23 años y le empujó hacia la restauración. Hace ya casi cinco lustros consiguió la plaza que el fallecimiento de un primo suyo había dejado vacante en el Archivo de Simancas.

La restauración del plano de la batalla de Lepanto y del Becerro de las Behetrías son dos hitos en la vida provinciana y tranquila de este ex futbolista. En el primer caso, se enfrentó con la omnipotencia de la oficialidad de Madrid. El plano estaba en mal estado y se quería exponer para conmemorar el 400 aniversario de la batalla. Lo reclamaron desde la capital de España, pero Amando Represa, director del archivo, sabedor de las virtudes de Félix, lanzó el reto: "Tú también puedes hacerlo". El plano estaba muy deteriorado. "A pesar de que mide sólo 50 X 70 centímetros, tardé un mes en restaurarlo". La Dirección General de Archivos nos felicitó".

Lo del Becerro de las Behetrías fue otro cantar. Tardó más de dos años en recomponer sus mil páginas carcomidas por la humedad y los insectos. "Me temblaban las carnes al meterme con aquellas hojas y tapas roídas por gusanos y mariposas, y, sobre todo, cada vez que caía en la cuenta de que aquello era del siglo XIV y yo podía inutilizarlo si fallaba". No falló, y hoy el Becerro de las Behetrias es una pieza casi tan admirable por la restauración como por su estructura original.

Félix Valentín tiene muy claro que en la restauración de libros "hay mucho campo para los jóvenes, pero nadie quiere iniciarse por un camino que es muy duro, que precisa de mucha dedicación y paciencia, y que no está mucho mejor pagado que cualquier empleo en una oficina o en un banco".

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