Llega un inspector
Sospecho que está a punto de concluir la era dulce de las invocaciones éticas de los propósitos regeneracionistas, de los fervores neopatrióticos. Los spot de Boyer han cambiado bruscamente de tono. Y de rostro. Junto a la clásica chica más o menos Dunia que sostiene con civismo antiguo uno de esos enrevesados impresos para la declaración de la renta aparece este año por vez primera la hosca figura apátrida de un inspector de Hacienda acariciando con cara de pocos amigos la culata de un potente ordenador multinacional de la, quinta generación. Mientras la mónada krausista intenta convencerme de las ventajas morales que se infieren de la veracidad impositiva, el inspector de mírada fría y rostro impenetrable me apunta directamente con ese artilugio memorioso de alta precisión.Después de varias temporadas fiscales bajo el signo de la ética encantadora llegan los duros tiempos de la informática disuasiva. Aquellos simpáticos ejercicios regeneracionistas de los primeros momentos socialdemócratas incrementaron notablemente la producción nacional de versos, mesas redondas, congresos de intelectuales, fiestas municipales con irresistible tendenciaa castizar, tesinas sobre don Fernando de los Ríos, premios y homenajes a los artistas de la tercera edad; pero fueron incapaces de,producir más declaraciones de hacienda.
Incluso la invocación ética logró que los españoles madrugaran más sin trasnochar menos y trabajando lo mismo (asunto que tiene su indudable mérito en los anales del folklore industrial); sin embargo la ética no consiguió que los españoles defraudaran menos al fisco. Se veía venir un cambio de estratagia. Este brónco inspector a sueldo de Boyer, altamente informatizado, ha dejado de hablar lajerga moral de don Fernando de los Ríos. Su lenguaje es la disuasión; seguramente para no desentonar con esos racheados vientos atlánticos que arrecian con fuerza OTAN. Esa mirada estremecedora del mercenario fiscal, su voz intimidatoria, la desalmada máquina de importación que nos enfila, inauguran en España una nueva y poderosa división entre los españoles: los inspectores de Hacienda y todos los demás.
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