Muere "en acto de servicio" el general soviético que supuestamente ordenó el derribo del avión Surcoreano
La Unión Soviética anunció ayer la muerte "en acto de servicio" del general Semion Romanov, jefe del Estado Mayor de la Defensa Aérea de la Unión Soviética y supuesto responsable del derribo, el pasado septiembre, de un avión surcoreano con 269 civiles a bordo. Estrella Roja, órgano de las fuerzas armadas soviéticas, se limitaba a afirmar que el general Romanov había fallecido "repentinamente mientras estaba en acto de servicio", informa Reuter.Diplomáticos occidentales creen ver en este eufemismo un indicio de que el general, que contaba-,63 años, ha podido fallecer en accidente de avión o helicópero, e incluso mientras pasaba revista a las fuerzas soviéticas en Afganistán. No obstante, no se descarta que su muerte le haya sobrevenido por causas naturales mientras trabajaba.
La esquela publicada por el diario soviético lleva las firmas del mariscal Dimitri Ustinov, ministro de Defensa, y de todos los altos jefes militares de la URSS. Normalmente, cuando fallece una personalidad de este rango transcurren dos o tres días hasta que aparece publicada la noticia de su muerte. Romanov, afirma Estrella Roja, entró en el ejército en 1940 como cadete, para ascender hasta uno de los puestos de mayor responsabilidad de las fuerzas armadas soviéticas, jefe del Estado Mayor de la Defensa Aérea (arma independiente de la Fuerza Aérea). En su haber figuran múltiples condecoraciones. La principal misión de la defensa aérea es la intercepción de los intrusos que se adentran en su espacio aéreo y la realización de misiones de reconocimiento. Asimismo, Romanov era subjefe del Estado Mayor del Pacto de Varsovia.
Algunos expertos militares creen que fue Romanov quien dio la orden a los cazas basados en la isla de Sajalín de que salieran en persecución del Boeing 747 surcoreano que se había desviado de su ruta. En un artículo publicado el mes pasado, Romanov afirmaba no arrepentirse del trágico desenlace que tuvo el incidente -el avión fue derribado a sangre fría, a pesar de que el pasaje era civil- y aseguró que los cazas soviéticos estaban dispuestos a "aniquilar" cualquier otro avión que se adentrase en su zona de combate. Los expertos creen ver en estas afirmaciones indicios de que la orden de derribar el jumbo intruso fue dada por los altos mandos militares y de que, concretamente, Romanov fue quien dio luz verde a los cazas para que dispararan contra el aparato surcoreano. Los aparatos estaban bajo las ordenes directas del jefe de la región militar de Extremo Oriente, VIadimir Govorov.Asimismo, fue Govorov el primer militar que justificó la catástrofe, apenas tres días después, afirmando que el aparato "había violado flagrantemente las reglas de la navegación internacional".
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