El problema gitano
Los gitanos, a pesar de llevar en España varios cientos de años, han cambiado poco en su forma de vida original, si descontamos algunas ocupaciones tradicionales y el abandono del nomadismo por parte de bastantes de ellos.A los gitanos les gusta vivir libres como el viento, sin sujeción a disciplina, horario y trabajo fijo, salvo excepciones, dando esto lugar a que en el trato con los demás españoles no haya comprensión y aprecio y sí desconfianza mutua.
Los gitanos deben tener, en la realidad, los mismos derechos que los demás españoles y también los mismos deberes; derechos, solamente reclaman algunos y los deberes no les gusta cumplirlos, lo cual es una pena, pues, les favorecerían mucho, cambiando su vida, si los cumpliesen.
Los gitanos se bautizan muchos y se inscriben en el Registro Civil pocos y debían cumplir con la obligación de inscribir en el Registro Civil su nacimiento, boda, defunción, etcétera, obtener el documento nacional de identidad, así como mandar a sus hijos, en edad escolar, a una escuela o colegio, sin disculpa de ninguna clase. El Estado español debe facilitarles todos los medios para conseguir estos fines, así como informarles adecuadamente para que puedan obtener ayudas económicas y becas como los demás españoles.
Si los gitanos siguen la misma forma de vida que hasta ahora, teniendo además en cuenta su gran. crecimiento demográfico, llegarán a situarse cientos de miles en los cinturones de las grandes ciudades y con una situación muy precaria, y esto, unido a que se van a desenvolver en un mal ambiente, dará lugar a la formación de cierta de
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