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El científico y disidente soviético Andrei Sajarov, que hoy cumple 63 años, se encuentra internado en un hospital de Gorki

El premio Nobel de la Paz y físico nuclear soviético Andrei Sajarov, que hoy cumple 63 años y se halla desde hace cuatro confinado por las autoridades soviéticas en la localidad de Gorki, a 400 kilómetros de Moscú, se encuentra internado en el hospital Sematlo desde el pasado día 7, según confirmó anoche el secretario general del Partido Comunista de Francia (PCF), Georges Marchais. El disidente soviético por excelencia se encuentra en huelga de hambre desde hace casi tres semanas. Su esposa, Elena Bonner, también fue desterrada a Gorki el 4 de mayo "en castigo por sus actividades antisoviéticas con fines mercantiles" y lleva a cabo una huelga de hambre desde el día 12. La Comunidad Económica Europea, a través de Francia, ha hecho llegar un mensaje a las autoridades soviéticas para que se permita a los esposos Sajarov, ambos enfermos del corazón, emigrar a Occidente.

La noticia de la desaparición de Sajarov cinco días después de que, el 2 de mayo, comenzara la huelga de hambre para exigir el permiso de salida de la URSS de su esposa, fue difundida por la propia Elena Bonner en un telegrama enviado a los hijos del matemático a Moscú. Aunque se suponía que el científico habría sido ingresado en un centro hospitalario para evitar su muerte por inanición o complicaciones cardiacas, hasta anoche no se supo con certeza cuál era su paradero. Marchais aseguró que el estado de salud de Sajarov es satisfactorio, según le habían confirmado en respuesta a una carta suya dirigida "al más alto nivel de la URSS".En un artículo publicado ayer por el diario Izvestia, el Gobierno soviético acusó a Elena Bonner -a la que califica de "persona baja, resentida y codiciosa"- de desempeñar un "papel odioso" y de dominar a su marido, al que habría obligado a declararse en huelga de hambre, en perjuicio de su salud, "con tal de conseguir sus fines".

Según el diario, el plan de Elena Bonner consistía en solicitar asilo en la Embajada de EE UU, para continuar desde, allí la propaganda de desprestigio de la URSS y aprovecharse de la celebridad de Sajarov para presionar a las autoridades soviéticas con el fin de conseguir un permiso para viajar a Occidente. "Su principal objetivo era el de escapar al Oeste, aunque ello significara la muerte de su marido".

La semana pasada, los servicios de seguridad soviéticos cortaron el contacto entre el matrimonio y la Prensa occidental, aislando a la matemática Irina Kristi, quien estuvo brevemente con los Sajarov el pasado 6 de mayo e informó sobre la huelga de hambre del científico y la prohibición formulada a su esposa, que hasta entonces estaba autorizada a residir en Moscú y visitar a su marido, de abandonar Gorki, informa desde Moscú Pilar Bonet.

Según fuentes diplomáticas occidentales, el duro ataque personal contra Elena Bonner responde a una maniobra soviética para distraer la atención sobre la suerte de Andrei Sajarov.

La tensión que rodea al matrimonio disidente ha puesto en la picota la prevista visita a Moscú del presidente francés, François Mitterrand, en la segunda quincena de junio. Al parecer, no sólo la actual oposición conservadora y liberal, sino también el propio Partido Socialista Francés, del presidente, exigen como condición previa la solución del caso Sajarov, informa Feliciano Fidalgo.

Por otra parte, dos jóvenes disidentes detenidos el pasado sábado ante los ojos del corresponsal de la agencia France Presse fueron puestos en libertad ayer, tras ser amenazados por el Comité Estatal de Seguridad (KGB), según expresaron telefónicamente a la agencia francesa. Tatiana Zunchein, de 27 años, y Alexandre Balter, de 26, forman parte de un grupo de judíos letones a los que las autoridades soviéticas niegan el permiso para emigrar.

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