La nueva crisis interna del PNV deja a Carlos Garaikoetxea en una débil situación ante la ejecutiva de su partido
La decisión de la asamblea nacionaldel PNV, reunida el sábado en la localidad vizcaína de Castillo Elejabeitia, de expulsar a toda la dirección del partido en Navarra, excepto a uno de sus miembros -por negarse a pactar con Coalición Popular la elección del presidente del Gobierno navarro-, y disolver la organización nacionalista en dicha provincia, supone la segunda derrota consecutiva del lendakari en el seno de su propio partido en apenas 10 días. Ante esta nueva grave crisis interna en el PNV, ayer se llegó a especular incluso con una posible dimisión de Garaikoetxea. Garaikoetxea, que había propuesto que no se sancionara a los dirigentes del PNV navarros, quedó visiblemete afectado por la decisión de la asamblea nacional peneuvista.
El lendakari, que permaneció todo el día de ayer en su residencia de Zarauz, se negó a hacer declaraciones, en tanto no se celebre la reunión que esta tarde mantendrá en Vitoria con la ejecutiva del partido.Esta nueva desautorización del presidente vasco en vísperas de su, en principio, trascendental entrevista con el presidente del Gobierno, Felipe González, prevista para el día 23, confiere a la actual crisis del PNV una dimensión que desborda ampliamente los límites exclusivamente intrapartidistas, para otorgarle un alcance institucional.
Las sanciones acordadas por la asamblea fueron votadas prácticamente por la totalidad de los compromisarios de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava, ya que, sobre un total de 62 delegados, tan sólo 18 -probablemente 14 de los .15 representantes navarros, más los compromisarios de las juntas extraterritoriales- se opusieron a la expulsión.
"Acuerdo vergonzoso"
De "error histórico sin precedentes", e incluso de "vergonzoso", se calificaba ayer en fuentes del PNV en Navarra el acuerdo de este partido de disolver el aparato peneuvista en Navarra y expulsar del mismo a todos los miembros de la ejecutiva regional, a excepción de Carlos Clavería, informa Carmelo Ridruejo desde Pamplona. Es probable que sea el propio Clavería -al que en círculos políticos se le considera una persona muy conservadora y al que se vincula a la denominada vieja guardia del partido- quien encabece la gestora que se creará en esta provincia con objeto de formar el nuevo aparato directivo del PNV navarro, que ha quedado desmantelado.
La práctica totalidad de los afiliados del PNV en Navarra, que se cifra en algo más de 1.000 militantes, está haciendo llegar, a través de diversos medios, su apoyo al consejo regional del partido, a la vez que critican con extremada dureza la decisión de la asamblea nacional. Según dijeron muchos de ellos, la medida adoptada -desproporcionada e injusta en su opinión- les sorprendió, ya que no esperaban una sanción semejante, máxime si se tiene en cuenta el reciente llamamiento a la reflexión al conjunto del partido hecho por la asamblea regional.
Los nacionalistas navarros, algunos de los cuales se mostraban ayer visiblemente soliviantados, y a los cuales se les achaca un comportamiento excesIvamente autónomo, no han decidido todavía qué van a hacer en un futuro próximo, si bien es muy posible que el disuelto consejo regional navarro se reúna hoy, lunes, para analizar la asamblea en la que se adoptaron estas medidas disciplinarias.
Según aseguró a este periódico el portavoz del PNV en el Parlamento de Navarra, Iñaki Cabasés -uno de los expulsados-, los parlamentarios navarros seguirán en.sus cargos,, al igual que los alcaldes y concejales (62) de este partido en Navarra. "No creo", concluyó, "que esto suponga, como quieren ver algunos, cargarse el nacionalismo en Navarra".
Carlos Clavería, el único miembro del máximo organismo del PNV en Navarra que no ha sido expulsado del partido, por su parte, ha declarado que estuvo a punto de renunciar a su cargo, "pero consideré que estando dentro mi labor podría ser más positiva, tratando de frenar la marcha que el consejo regional llevaba hacia la rebeldía. No lo conseguí, y ahora se pagan las consecuencias".
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