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Al santo no le gusta que le tomen el pelo

"San Isidro era un vago", gritó Joaquín Sabina en un momento de su actuación. Y quizá este reconocimiento en público de la naturaleza del santo fue lo que le permitió salir bien librado. Porque san Isidro no se anda con bromas ni permite que los gustos del Ayuntamiento de Madrid, su cabeza visible en la Tierra, se antepongan a los suyos propios. ¡Pues bueno es con la música, ingrediente principal de sus flamantes fiestas, este periférico santo, seguramente. un parado-delincuente de su tiempo!Todo el año abrillantando la cazadora de cuero, claveteándola con primor celestial, presumiendo ante el resto del santoral de Gabinete Caligari, La Modé, Radio Futura, Alaska, Nacha Pop, V2 Berlín, todos ellos de Madrid. La competencia entre las fiestas de los santos es muy dura. Por eso Isidro ha dispuesto estratégicamente a Golpes Bajos al final, asegurándose un lucido broche de oro para que no haya color a la hora de comparar ¡con las fiestas de otros santos. Y dos sorpresas: Ranioncín, confirmando su buen momento, y los Coyotes, latino-billy como alternativa a la seriedad, que le auguran el respeto y la admiración por su capacidad organizativa. Sí, realmente su diseño no estaba mal, y sólo faltaba que el concejo lo completara con rock de fuera. Él, Isidro, no domina bien el tema de los artistas extranjeros. Por lo demás, un poco de salsa por aquí, algo de folklore por allá, jazz, por supuesto, para mantener contentos a sus adictos, y ¡ole qué festejos! La capital del mundo occidental iba a ser este Madrid en fiestas.

Pero un día, pocos antes de que el sarao comenzara, cuando el programa llegó al abnegado patrón, un cúmulo de improperioss salió de su boca, turbando el místico silencio que reina en la residencia para santos. Ni un solo rockero extranjero contratado, el Palacio de los Deportes literalmente ocupado por músicas añejas, correspondientes directamente a los gustos de los ediles, canciónmensaje en vez de pop, foIk en lugar de punk, viejas olas en vez de la energía creativa que se supone característica de este centro nervioso que es Madrid. ¡Cómo tolerar este planning de fiestas sofisticadamente tercermundistas ... ! No, señor, no hay que permitir que se les cierre el paso al mayor local cubierto de Madrid a todos esos jóvenes, vestidos igual y de sentimientosi parecidos, que ocupan el primer lugar en el ranking de preferencias del santo, sólo porque se cree que el rock es peligroso en locales cerrados.

Y el santo tiene realmente un fuerte carácter, el de Madrid, ni más ni menos, y hace una llamadita a su colega de Nueva York para que retenga allí a Rubén Blades, máxima atracción a cubierto, a fin de que haya que suspender su show, y manda lluvia para aburrir el día del folk en el parque del Oeste; tal vez se haya excedido en la medida del agua haciendo suspender también a Loquillo y Alarma, pero éstos tocan el domingo, convírtiendo el fin de fiesta en la lógica penitencia para los munícipes. Y si cae alguna lata de cerveza al escenario, piénsese que ésa es una. de las protestas favoritas de san Isidro.

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