Tigres

-Pues no veas lo mal que ha sentado la emisión. Me han puesto de fulana para arriba.

Tigres de papel es,la primera película de Colomo. Se estrenó en 1977 y era un filme realista. Hablaba de los problemas de esa generación marxiana, híbrida de don Carlos y don Groucho, que salió heroicamente de la nada para precipitarse entusiásticamente hacia el desastre. Hablaba de progres de cartulina y modernos de cartón piedra, de la necesidad de comportarse como un sueco liberado cuando se ha nacido en Alcobendas y se es más moro que un saudí. Hablaba, en fin, de la perplejidad como sistema de vida.

-Y yo que creía que la película estaba pasada... -insiste la estupefacta Carmen Maura.

Hace unos días TVE tuvo el acierto de emitir Tigres de papel. Después hubo un coloquio en directo en Radio Nacional, y ahí empezó la bronca, el sorprendente escándalo. Colomo y sus dos actores, la Maura y el Arribas, fueron increpados por telespectadores furibundos en pleno ataque de decencia, santiagos vocacionales dispuestos no ya a cerrar España, sino a clausurarla para siempre. Honestísimas personas que sin duda disfrutaron con la boba perversidad de Dallas y con ese JR de truculenta moralidad sacamantecas, pero que ahora se estremecen ante la visión de unos españolitos desnortados, pobres tigres instalados en el corazón del caos, que fuman porros y les sienta mal, que intentan hacer el amor y es un fracaso, inocentes hasta la desesperación, pueriles y anticuados.

Cuando,se estrenó la película nadie se rasgó las vestiduras. Ahora, siete años más tarde, el am.biente se nos ha puesto perdido de desgarradas piltrafas de conciencia. Dicen que una nueva ola puritana invade el mundo, pero yo más bien creo que esto no es más que un astuto rumor propalado 'Por los propios puritanos. No es que ahora sean más, sino que están más fuertes. Aumentan progresivamente el volumen de sus gritos, el caudal de sus lágrimas de cocodrilo, perlas negras. La Posición defiende su posición como si fuera el Álamo, y la Oposición se achica y amedrenta. Ya está bien de dejarles campo libre: empecepos a escandalizarnos de su escándalo.