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Un coloquio sobre Maimónides en Fez puede abrir el camino al diálogo entre árabes y judíos

Un coloquio internacional en conmemoración del 850º aniversario del médico y filósofo judeo-español Maimónides tendrá lugar en 1985, en la ciudad de Fez (Marruecos), según decidió el congreso de las comunidades judías de origen magrebí recientemente celebrado en Rabat. El coloquio puede dar paso a la instauración de un diálogo entre árabes y judíos.

La decisión parte de una propuesta formulada en diciembre pasado, y aceptada por la Unesco, de celebrar el 85º aniversario del filósofo judeo-cordobés en todas las ciudades en donde aquél vivió: Córdoba, Fez, El Cairo y Tiberiades. Maimónides fue calificado en Rabat como hombre puente en las culturas judía y árabe, igualmente reivindicado en el patrimonio cultural marroquí, donde se le conoce como Ibn Mimun, y en el judío.Ello le da una dimensión extraordinariamente política al congreso celebrado en Rabat, que algunos de los participantes consideraron como el primer paso de envergadura internacional para la instauración moderna de un diálogo judeo-árabe. La primera celebración conmemorativa de Maimónides, ajena a Israel, fue organizada en 1935, en Córdoba, por el Gobierno de la República española, para recordar el 800º aniversario del gran filósofo cordobés, que, aunque no haya sido señalado por el congreso, también ocupa un lugar destacado en el patrimonio cultural español.

Restablecer el diálogo

Por encima de estas celebraciones formales, el congreso de Rabat puede convertirse en una iniciativa realmente importante del rey Hassan II de Marruecos. Su objetivo es restablecer el diálogo con la comunidad judía de origen marroquí de Israel, que, a diferencia de las procedentes de otros países árabes, nunca ha renegado de sus orígenes.Con independencia de algunos excesos antijudíos del primer nacionalismo marroquí, desde el ascenso al trono del rey Hassan II, en 1961, y también en época de su padre, Mohamed V, la comunidad judía de Marruecos encontró una total protección y reconocimiento del monarca marroquí, que, caso único en el mundo árabe, no ha impedido la solidaridad de Marruecos con el pueblo palestino. En realidad, la mayor parte de los participantes judíos del congreso de Rabat, entre los que se encuentra un ex vicepresidente, un ex ministro, media docena de diputados y varios jefes de partidos políticos israelíes, así como otras importantes personalidades oficiales de Israel, afirmaron públicamente que el rey de Marruecos es el único líder árabe cuya voz es escuchada atentamente en Israel y con el cual el Estado judío no rechazaría el diálogo.

El rey Hassan II y la inteligencia marroquí parecen hoy muy conscientes de la importancia y relevancia que, según ellos, adquiere la comunidad judía de origen marroquí dentro de Israel.

La visión del problema palestino por los israelíes de origen marroquí, se afirma en Rabat, es mucho más moderada y conciliadora que la de los askenazis llegados a Israel de países europeos del Este y el Oeste, en su mayor parte huidos de progroms y persecuciones.

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La comunidad judía de origen marroquí es hoy día la más coherente dentro de Israel, la más integrable cultural y sociológicamente en el Oriente Próximo, y probablemente la mejor capacitada para convivir con los árabes en un contexto de paz.

Los israelíes sefardíes de origen marroquí constituyen la comunidad individual más numerosa dentro de Israel -600.000 personas-.

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