Ferrer Salat propone una autolimitación del Estado para mejorar la sociedad española
Carlos Ferrer Salat, hasta la semana próxima presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), achacó ayer a lo que calificó de "átona, sin puls, como si no tuviera ideas, proyectos o ilusiones de futuro". En su esperada conferencia en el Club Siglo XXI de Madrid, Ferrer pronunció un discurso marcadamente liberal, en el que pidió una "voluntaria autolimitación" del Estado español. En la cena posterior a la conferencia, afirmó rotundamente que Manuel Fraga es el líder indiscutilde de la oposición y debe seguir siéndolo.
Unas 300 personas, entre quienes se encontraban ex ministros franquistas -Cerón, López Rodó, Sánchez Bella, Fontana Codina, García Ramal-, ex ministros de la transición -Martín Villa, Sánchez Terán- y los principales dirigentes de Alianza Popular, Fraga y Verstrynge, acudieron a escuchar la conferencia, que suponía, según unos, la despedida de Ferrer como presidente de la organización empresarial y, para otros, un paso adelante hacia la política.Pero Ferrer no sólo se limitó a dictar una conferencia en tono teórico, con muy escasas referencias concretas, bajo el título Construyamos el futuro, sino que tras la conferencia dijo que no tiene intención de dedicarse a la política, y menos -esto lo dijo rotundamente- de sustituir a Fraga como líder de la derecha. Para el dirigente empresarial, el presidente de AP debe seguir siendo el líder de la oposición, ya que tiene posibilidades de ganar las próximas elecciones.
Franquisino "oprobioso"
Asimismo, aseguró que en el futuro debe irse a una integración de todas las fuerzas políticas no socialistas. En otro momento de la cena, Ferrer, ante la media docena de exministros de Franco presentes, calificó de "oprobiosa" la época franquista. Asimismo, rechazó ante los periodistas que su conterencia pudiera calificarse de conservadora. La mayor parte de su discurso, que fue presentado por José María Cuevas, seguro sucesor de Ferrer en la presidencia de la CEOE, había estado dedicada a chúcar los nefastos efectos que el aumento del volumen del Estado en la vida social pueden causar sobre el desarrollo de una nación, concretamente de España."Ya nadie duda de la necesidad imperiosa de iniciar una reforma en profundidad del sistema", dijo Ferrer, quien abogó por la sustitución del llamado Estado de bienestar por la sociedad de bienestar. "El Estado debe ir autolimitándose voluntariamente, desde el reconocimiento de que no puede con todo, y con la clara idea de que del nuevo equilibrio su auténtico papel saldrá beneficiado". Este equilibrio se conseguiría, según Carlos Ferrer, mediante la potenciación de sociedades privadas, dentro de lo que la mayor parte de los asistentes -entre los que se encontraban no pocas figuras liberales- consideró la más pura teoría del liberalismo clásico.
Desinterés de la población
Como ejemplo de los males que atenazan a la sociedad española citó el creciente desinterés que la población parece sentir, según detectan las encuestas, por la integración de nuestro país en la Comunidad Económica Europea. El orador no olvidó criticar, sin citarlo expresamente, al partido y el Gobierno socialista, subrayando que "la concepción leninista sobre el partido político está más extendida de lo que parece, a veces incluso cuando se ha hecho renuncia formal a los dogmas no ya de Lenin, sino del propio Marx". También criticó el carácter cerrado de los partidos políticos que corren el riesgo de llegar a constituir "una nueva forma de alienación, que ha venido denominándose la multitud anónima".Tras una introducción histórica y la predicción de que el futuro se basará en el desarrollo de la comunicación, Ferrer se mostró inquieto ante el "desarrollo de la enfermedad que se caracteriza por la inhibición individual y social frente a la omnipotencia del Estado", frente a la consideración de que los partidos puedan acabar por convertirse en unicos cauces de expresión de las inquietudes y los problemas sociales. Como remedio, concluyó, la sociedad española, nucleada por una red social constituida por "una miriada de asociaciones voluntarias, es la que tiene que tomar la iniciativa".
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