Los Juegos Olímpicos
Me resulta grato descubrir el sentido del humor sel señor L. Speacker, portavoz de la Casa Blanca, tras realizar unas declaraciones después de saber que la URSS no se presentará a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. El señor Speacker afirmaba que no se podía comparar el boicoteo realizado por Estados Unidos a los Juegos de Moscú, en 1980; ellos no habían invadido ningún territorio como lo hizo en su día la URSS en Afganistán.Me permito recordar al portavoz de la Casa Blanca que no hace muchos meses gran parte de la opinión mundial se levantaba contra la Administración estadounidense cuando, al alba del 25 de octubre de 1983, una fuerza naval de 1.900 marines y 300 soldados de seis naciones caribeñas eran desembarcados en la isla de Granada. Si esto no es una inv asión, ¿qué es una invasión?
Los rusos han pagado a los americanos con la misma moneda. Pero esto no es todo, por EE UU se había corrido la plaga. del antisovietismo y las exigencias rusas para la seguridad de sus deportistas no se habían cumplido.
Lo que no me parece correcto por parte de ninguno de los dos bloques es que, siendo dos naciones en las que el deporte está en la primera línea, constituyendo una base importante del país, la política haga que un acontecimiento de esta clase pierda valor. La política, para los políticos, y el deporte, para los que lo practican.
En las dos ocasiones (1980 y 1984) las ilusiones de cuatro años, el deseo de victoria se han perdido por traspasar al campo de la política lo que no corresponde. ¡Y es una lástima, señores! ¡Una lástima, señores! ¡Una lástima!
Rectificar es de sabios; esperemos que esto no vuelva a suceder por el bien del deporte y por el bien de todos nosotros, porque cuando no es por esto es por aquello; ellos se lo comen y ellos se lo guisan, y nosotros, en medio. La cuerda se va tensando y esperemos que no se rompa. /
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