El desarrollo del coeficiente de inversión enfrenta al Ministerio de Economía con los departamentos sectoriales
El Consejo de Ministros de hoy miércoles estudiará el proyecto de ley que regulará el nuevo coeficiente de inversión y de garantía, a pesar de que la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos no lo aprobó en su reunión del pasado lunes como consecuencia de las discrepancias surgidas entre el Ministerio de Economía y Hacienda y algunos de los ministerios sectoriales que tienen dudas sobre la posible permanencia de circuitos privilegiados de crédito unavez se apruebe dicho proyecto.
La aprobación de un proyecto de ley de coeficiente de inversión tan abstracto como el elaborado por el Ministerio de Economía y Hacienda, en el que se conceden amplias facultades al Gobierno, al propio ministerio y al Banco de España, para determinar qué tipo de activos pueden ser computables dentro de él, ha provocado problemas entre los inspiradores del proyecto y los responsables de los ministerios sectoriales que hasta ahora han tenido acceso a la financiación privilegiada derivada del cumplimiento de los coeficientes.Tanto en la comisión de subsecretarios como en la Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos la discusión se ha planteado sobre el desarrollo posterior que la ley del coeficiente de inversión debe tener para su aplicación. Los ministerios sectoriales consideran que en la actualidad no se puede primar sólo el fomento de la exportación, la reconversión de sectores industriales en crisis, la promoción industrial y los créditos participativos de las entidades financieras en la industria y al tiempo olvidar que desde hace años se viene proporcionando financiación privilegiada a otros sectores importantes de la economía.
En base a estos razonamientos los ministerios sectoriales, cuando se discutió el proyecto de ley del coeficiente de inversión, solicitaron que Economía proporcionara la documentación necesaria para que se pudiera medir el impacto en cada sector de la nueva regulación y se porporcionaran las ideas básicas sobre los activos que podrán computarse dentro del coeficiente. La idea de Economía, por el contrario, consiste en que haya algunos sectores -los menos- claramente protegidos dada la actual coyuntura y que el resto del coeficiente pueda ser cubierto por títulos que se ofrezcan en el mercado. De esta forma, los tipos de interés tenderán a igualarse con los del mercado y los circuitos privilegiados funcionarán solamente para garantizar la existencia de recursos para financiar aquello que sea apetecible para las entidades financieras.
La reconversión económica
Las discusiones surjen a la hora de considerar exclusivamente como reconversión determinadas actividades industriales, excluyendo otras de este sector e incluso no tener en cuenta que determinados sectores agrícolas van a exigir en un futuro próximo una reconversión tan fuerte o mayor que la de algunos sectores industriales. Esta afirmación fue hecha por el ministro de Economía hace aproximadamente un año ante la asamblea de las cajas de ahorro -cuando se discutía uno de los primeros borradores de reforma de estas instituciones financieras y era reciente el acuerdo entre el Banco de Crédito Agrícola, de propiedad pública, y la mayor parte de las cajas rurales- salía al paso de las acusaciones que se hacían a Economía de propiciar la expulsión del medio rural de las cajas de ahorro. En aquella ocasión Miguel Boyer afirmó que las cajas de ahorro seguirían jugando un papel importante en la financiación a la actividad agraria.El proyecto de ley en discusión establece que el coeficiente de inversión obligatoria podrá ser como máximo del 25% del pasivo computable de las instituciones financieras lo que significa que, a medio plazo, se eleva mínimamente el coeficiente de los bancos privados y se reduce drásticamente el de las cajas de ahorro, en la actualidad 12 puntos por encima de ese porcentaje.
El Ministerio de Economía, cuando se discutió el plan cuatrienal de viviendas, decidió que, en el marco del coeficiente de inversión, era bueno mantener la especialización que hasta ahora tenían las cajas de ahorro, en la financiación de viviendas y por ello presionó para que éstas cargaran con la mayor parte de la financiación privilegiada de las viviendas de protección oficial. La banca no participó apenas en dicho convenio porque se quería que lo hiciera de manera prioritaria en todos los temas de reconversión y promoción industrial. De esta manera se controlaban las aportaciones necesarias para los dos grandes sectores necesitados de financiación a tipos de interés por debajo de los de mercado.
Los recursos para financiar exportaciones procederán del Banco Exterior, al que se quiere hacer que recupere su vocación en este terreno, de la banca privada -nacional y extranjera- y, en menor medida, de las cajas de ahorro. La agricultura, según este esquema, parece olvidada por las decisiones administrativas ya que no es probable que vaya a existir un subcoeficiente específico a cubrir con activos agrarios. Las cajas de ahorro, que hasta ahora destinaban buena parte del 10% de fondos de regulación especial a créditos a la agricultura, podrán descolgarse de esta obligación al ir descendiendo el porcentaje absoluto de coeficiente que tienen que cubrir y al haber gravitado sobre ellas de forma especial la financiación de viviendas.
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