Reflexiones de un emigrante de izquierdas
Sin duda, la derecha ha dado una gran lección a las izquierdas en estas elecciones autonómicas. El señor Pujol ha dado una lección que desearía aprendiesen los líderes de la izquierda por su bien y por el de todos; una lección de modestia y de sencillez frente a las posiciones de prepotencia y triunfalismo de socialistas y comunistas. Tanto unos como otros se han visto defraudados en sus aspiraciones: mientras los primeros auspiciaban que ganarían holgadamente, los segundos pretendían demostrar su recuperación; pero en ninguno de los casos se ha visto reflejado su vaticinio.Los socialistas han basado su campaña en el desprestigio de los líderes convergentes, sin aportar pruebas concretas y clarividentes de sus denuncias, y podemos decir que "han ido por lana y han salido trasquilados"; los comunistas han basado su campaña en el hundimiento del partido prosoviético, como elemento distorsionador de su imagen, olvidando la realidad, demostrada una vez más, de que esa opción existe por mucho que se la pretenda ignorar.
Ahora no es el momento de ofrecer excusas. No se puede culpar a la abstención, pues sería pretender culpar a los demás de los propios errores; hay que aprender que el pueblo catalán es un pueblo maduro que no admite insultos de líderes foráneos. Tampoco se puede caer en el triunfalismo al decir que se han superado listones que quedaron muy lejanos, sino que hay que aprender modestia del señor Pujol; hay que reconocer los propios errores y trabajar con otro estilo; hay que cumplir lo que se promete; entender que el pueblo está cansado de la desunión de la izquierda, y que sin soluciones reales no se convence al pueblo./ Manuel Fernández Jiménez. .
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