La subida de los autobuses
Esta vez no se sabe si los autobuses suben por una mala administración o por los nuevos sueldos de los operarios. Pero suben.No quiero hacer una apología referente a que siempre nos afecta a los mismos, que parece que nosotros, los pobres de cuerpo y alma, y también, claro, pobres de dinero, somos lo que pagamos las consecuencias. En este caso me quiero referir al asunto curioso de esta historia. En teoría, a más precio, un mejor servicio, una mejor coordinación y una desmesurada eficacia -como dije, en teoría-. Y también una facultad de protestar, ¿cuántas veces somos víctimas de los cabreos de los señores conductores? ¿Cuántas veces hemos visto, e incluso hemos vivido, injusticias por parte de estos señores? ¿Cuántos malos tragos nos han hecho pasar? Es evidente que encima hemos pagado (además del precio) con un mal trato y con un cierto desprecio. ¿Y a quién protestas?
Hace unos días se me ocurrió pedir a un conductor un libro para reclamar, y se me rió: no tienen dicho libro, por tanto, borrón y cuenta nueva. Me gustaría protestar cuando se comete una injusticia, pero debe ser de mal gusto, porque no me dejan. / .
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